Debate

Respuesta a Yolanda Díaz: ¿Son machistas Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?

Yolanda Díaz les ha acusado de machismo. Hablamos con asesores políticos de los matices de sus «berrinches» políticos

Firma del Acuerdo PSOE - UNIDAS PODEMOS Firman Pedro Sanchez y Pablo Iglesias
Firma del Acuerdo PSOE - UNIDAS PODEMOS Firman Pedro Sanchez y Pablo Iglesias Alberto R Roldán

El escritor John Carlin apreció hace un tiempo un detalle sospechoso en las orejas de Pedro Sánchez: «su forma de rombo, con un punto aerodinámico». Y añadió: «quizá sean señal de macho alfa, que Sánchez lo es». Su observación habría quedado en asunto jocoso si no fuese porque Yolanda Díaz también acaba de acusarle de machista, igual que a Pablo Iglesias. A ver si tanto suena el río que piedras trae. Las ministras socialistas defienden al presidente alegando la composición femenina del Gobierno. Por su parte, el exlíder de Podemos repite como un mantra «no soy un macho alfa» desde su presentación en Vistalegre. Y va para diez años. Excusatio non petita, accusatio manifiesta.

No es momento de hacer recuento de líos de braguetas, sino de escuchar a los profesionales del liderazgo y la comunicación. Begoña Gozálbes Cutillas, asesora de estrategia política de Integridad Política, opina que el hecho de que Sánchez se rodee de mujeres no garantiza ausencia de machismo. «Los hechos cotidianos, los pequeños detalles, son los que marcan el rastro de su existencia o no. Si como sociedad los asumimos, pasan desapercibidos. Hay muchas formas de control que perpetúan la injusticia de los derechos y las oportunidades de las mujeres, y en política, se acentúa mucho más».

 El exfundador de Podemos, Pablo Iglesias
El exfundador de Podemos, Pablo IglesiasKiko HuescaAgencia EFE

¿Qué ha podido percibir Díaz? «De una forma u otra -continúa Gozálbes-, la mujer siempre está en segunda línea de poder, bien sea Yolanda, Nadia, o predecesoras como Soraya. La historia real es esa. Una afirmación en público como la de la vicepresidenta segunda debe estar argumentada y no justificada con un estado general de cómo es la política, tal como ha matizado a posteriori». Cree que el presidente «ha podido irradiar muchas cosas, con un sentido desmesurado de su importancia y una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, así como una carencia de empatía. Su orgullo o confianza en sí mismo le ha llevado a contradecirse. Si todo esto lo ponemos en el ejercicio cotidiano de su política, puede incurrir en micromachismos, muchas veces asumidos».

En cuanto a Iglesias, Gozálbes sospecha que estar en primera línea mediática corresponde a no saber cerrar una etapa.

Ensalada de hostias

«Sus palabras, cuando habla de ensalada de hostias, más que machistas, son inadecuadas y llegan con el matiz de seguir queriendo jugar en primera división cuando es un jugador de segunda. Menosprecia las posibilidades de logro de Díaz. Sería bueno que hiciera autocrítica y reconozca el efecto que causa su ejercicio de poder y dominio en las mujeres que lideran el partido que él fundó».

Diana Rubio, consultora de comunicación y liderazgo, recalca que, para calificar el liderazgo de Sánchez de feminista, habría que invertir el orden y demostrarlo más en acciones que con palabras. «El liderazgo femenino -dice- conlleva una manera menos autoritaria y más colaborativa, y aún queda mucho por hacer». El «berrinche» de Iglesias le parece que viene motivado por un deseo de volver a posicionar a su partido en los medios.

Pedro Sánchez
Pedro SánchezNicolas MaeterlinckDPA vía Europa Press

Oriol Burgès Gascón, experto en estrategia política e institucional, lo que ve en esta situación son cuestiones estrictamente estratégicas. «La vicepresidenta segunda del Gobierno lleva meses en campaña. La aprobación de la ley del ‘solo sí es sí’ y sus consecuencias han provocado un escenario óptimo para Sumar en el que Díaz se ha sabido posicionar, de manera voluntaria o involuntaria, francamente bien».

Tomando las palabras de Iglesias, considera que ha preparado «una ensalada de hostias» perfecta. «Elimina cualquier posible acusación de equidistancia y, por otro lado, intenta captar el voto de las mujeres descontentas con PSOE y Unidas Podemos. Además, congela aún más la relación, alejando un posible acuerdo para la candidatura de Sumar y poniendo en jaque a su principal elemento de presión mediática, Pablo iglesias». Si hay gestos machistas o no en las actitudes de Sánchez e Iglesias, Burgès cree que todo es interpretable y usable, aunque repite que es «estrategia política, ni más ni menos».