Opinión
Los sábados de Lomana: En 2024 cambiemos «polarización» por «empatía»
Siempre da miedo enfrentarse al vacío de un nuevo año, pero debemos hacerlo con una actitud positiva
Qué poco queda para terminar este año. Para mí ha sido bueno en general. Siempre da miedo enfrentarse al vacío de un nuevo 2024, pero debemos hacerlo con una actitud muy positiva. ¿Por qué hay tanta gente triste y molesta debido a los acontecimientos políticos? No podemos hacer nada contra eso, es más, hay una gran parte de la población que está encantada con Pedro Sánchez, con sus mentiras y traiciones, y ya veremos si al final, conociendo al personaje, le va a dar a Puigdemont todo lo que pide. Estoy segura de que no. Lo va a estar entreteniendo y dando largas al menos dos o tres años. Esperará a terminar la legislatura y cuando Junts proteste, Sánchez quedará como un patriota y volverá a ganar. Nicolás Maquiavelo era un aprendiz comparado con nuestro presidente. Al menos, leyendo su currículum, Carlos Cuerpo, el nuevo ministro de Economía, sí me gusta. Es ese tipo de tecnócratas que tanto necesitamos en el Gobierno. La que siempre me inquieta es Montero y su capacidad recaudatoria, caiga quien caiga, que siempre somos los que trabajamos y creamos riqueza para que una gran tropa de funcionarios y parados por vocación sigan cobrando.
He visto las palabras más usadas elegidas por la FundéuRAE, y me parece tremendo en pleno siglo XXI que las más repetidas sean guerra, fentanilo, polarización, ultrafalso... Desde luego, no lo son en mi universo. Personalmente, creo que solidaridad, amor, beso o empatía se han repetido mucho más.
Separaciones, canciones y chascarrillos
El 2023, en la prensa rosa y los chascarrillos que tanto gustan a los españoles, la separación que más nos ha hartado de tanto repetirla, acompañada de canciones en las que nos contaba la colombiana su triste convivencia, arremetiendo contra todos los que rodeaban su universo catalán, ha sido la de Piqué y Shakira. A mí, sí les digo la verdad, me importa un pito, o sea, nada, que esta gente se separe. Lo que sí me importa, y no salgo de mi asombro, es lo publicado en X –antes Twitter– e Instagram por Jaime del Burgo, justo ahora que la monarquía estaba ganando popularidad entre los jóvenes gracias a la excelente actuación de la princesa Leonor. Ha contado de pe a pa su supuesta relación con la Reina, planes, viajes hipotéticos y otros temas que he podido leer en el «The Times» y las revistas «Point de Vue» o «Paris Match». ¿Quién está detrás de todo esto? Avisaron a Casa Real, según cuentan, de que todo esto saldría el día previo al cumpleaños de la princesa de Asturias y su jura de la Constitución. De ahí, la cara de preocupación y disgusto de doña Letizia. Del Burgo tiene una falta de seriedad, de hombría y de vergüenza que resulta difícil de comprender. En España no se habla del tema, lo que no evita que todo el mundo lo comente y vaya expandiéndose como la falsa moneda de mano en mano. Creo que es tan fácil pararlo como que entre la Fiscalía de oficio por atentar contra la Corona, y si no hay pruebas, a prisión por injurias y calumnias. Tendremos tiempo para saber cuánto hay de verdad o de villanía en esta historia.
Para terminar mi última crónica de este 2023, les deseo a todos una feliz noche de fin de año, y espero que 2024 nos traiga más armonía. Ojalá que, entre todos, podamos hacer que desaparezcan todas las nubes negras que sobrevuelan nuestro querido país, España.
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