Solange Freyre: «El tango nos libera de la apatía sexual»

–«The New Urban Tango». ¿Por qué en inglés?

–El tango trasciende nacionalidades. Canto alguno en inglés y pensamos hacer otros en alemán.

–No me diga que dedicado a la Merkel...

–A la Merkel podíamos dedicarle «El día que me quieras».

–Sólo una representación. ¿Y eso?

–Nos lanzamos a la piscina a ver qué pasa. A ver si hay agua.

–Canta «Balada para mi muerte». ¿Qué le placería escuchar mientras palma?

–Algo de Astor Piazzola.

–Canta «El día que me quieras». ¿Le gustaría que le quisiera...?

–Hugh Jackman, que canta y baila como los dioses. Y está bueno.

–«Volver». ¿Adónde no quiere volver?

–A mi tierra, la Argentina. La amo, pero no quiero volver. Estoy resignada.

–«Quejas de bandoneón». ¿A quién le haría un escrache?

–A un novio que me dejó, ja, ja, ja. Y a algún banco.

–«Pasional». ¿Le puede la pasión por...?

–Hacer lo que me gusta. Crear y recrearme.

–«Insomnio». ¿Qué le quita el sueño?

–Un novio sin pasión. Se me quedan los ojos como platos.

–«Balada para un loco». ¿A quién se la dedicamos?

–A la Kirchner no. Está alienada, no loca. A alguien lindo, porque la locura de este tango es un vuelo poético.

–«Tangosutra». ¿El tango a modo de «Kamasutra»?

–Sí, eso. El tango es bastante «kamasútrico». Dicen que es una pasión horizontal que se baila en vertical.

–«No te salves». ¿Quién se salva en este cambalache?

–Quizá nadie. Dice la letra de Benedetti que te la juegues, que vivas con valentía. Puede que se salven ésos.

–«Libertango». ¿De qué nos libera el tango?

–Del aburrimiento y de la apatía sexual.

–«Preludio para el año 3001». ¿Cómo se imagina ese año?

–Con alienígenas por la calle. Ojalá lleguen para echarnos una mano.

–O un tentáculo...