París
Ayrault admite que Francia va mal: «Los franceses sufren y dudan»
El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, aseguró hoy que "Francia va mal"y dibujó un escenario de desafíos económicos a los que tendrá que hacer frente su Ejecutivo, que lleva cinco meses a cargo del país.
"Francia va mal. Los franceses sufren y dudan. Cada vez escuchan menos la palabra política, que han visto deteriorarse a lo largo de los años", dijo Ayrault desde la tribuna del congreso del Partido Socialista (PS) francés, celebrado en Toulouse (sur).
El primer ministro galo, cuya popularidad ha caído hasta el 59 % desde que tomó las riendas del Ejecutivo y blanco de buena parte de las críticas de los conservadores, subrayó que su gabinete no abandonará "nunca"sus ideales y reivindicó su "método"de gobernar, basado en la negociación y en el diálogo.
Entre los problemas a los que se enfrenta Francia, el primer ministro citó el haber superado la barrera de los 3 millones de parados, la herencia de una deuda "abismal", un déficit comercial de 70.000 millones de euros y 750.000 empleos industriales perdidos en la última década.
"El trabajo que queda es inmenso", pero "los franceses quieren que los esfuerzos sean justos", dijo el primer ministro en un congreso con pocas sorpresas, que sirvió para hacer oficial la sucesión de Martine Aubry como máxima responsable de la formación en favor de Harlem Désir, respaldado por el voto del 72,5 por ciento de los militantes.
Casi seis meses después de la victoria de François Hollande sobre Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales, Désir toma las riendas del partido como baza de continuidad y unidad alrededor del presidente y del Gobierno, después de que las bases de la formación le brindaran su apoyo en las urnas la pasada semana.
El nuevo primer secretario del PS se impuso claramente en las urnas al proyecto de su rival, Emmanuel Maurel, más orientado a la izquierda, aunque con una participación de solo el 46,5 % en el escrutinio.
Su antecesora, Aubry, destacó a Désir desde el escenario de Toulouse como "el hombre que empezó a hablar de la lucha contra el racismo cuando nadie hablaba de ello", en referencia a los años que Désir pasó como presidente de SOS Racisme, entre 1984 y 1992, antes de convertirse en europarlamentario.
La alcaldesa de Lille (norte) y exministra de Trabajo destacó que Désir tiene "convicciones amarradas al corazón"y llamó a sus compañeros de partido a unirse en torno al Gobierno de Ayrault.
En la cita de Toulouse, a la que asistió el primer secretario del Partido Socialista de Catalunya (PSC), Pere Navarro, también tomaron la palabra algunos de los primeros espadas del Gobierno francés, con la crisis económica y el aumento del paro siempre como telón de fondo.
El ministro de Economía, Pierre Moscovici, reconoció que Francia se enfrenta a numerosos "desafíos"y que la situación es "probablemente, más difícil que nunca"."Nunca se llegó al poder con una crisis tan profunda y con una economía francesa tan frágil", dijo el titular de Finanzas, que responsabilizó de la situación actual de la economía al anterior Gobierno de derechas.
Por su parte, el presidente del grupo socialista en el Senado, François Rebsamen, señaló que el camino para superar la crisis pasa por "concentrarse alrededor del presidente de la República, de su Gobierno"y del líder del partido.
En los aledaños de escenario socialista, entre 500 y 1.200 personas de izquierdas se manifestaron al margen del congreso para preguntar: "¿Para cuándo es el cambio?", en referencia al eslogan de Hollande en la campaña presidencial ("El cambio es ahora").
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