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Se la juegan

La Razón
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El Atlético-Real Madrid siempre tiene alicientes porque la rivalidad no disminuye por más que entre uno y otro exista diferencia social, económica y deportiva. Los atléticos son sufridos aficionados a quienes la derrota suele importar menos que a los adversarios porque, habitualmente, se juegan menos en el envite.
Pese a las ilusiones que aún se hacen los rojiblancos por alcanzar puestos europeos, lo verdaderamente importante está en lo que hagan los madridistas. Se juegan parte de la Liga. Si su esperanza está puesta en recortar la distancia con el Barcelona, esta noche es de obligado cumplimiento sumar tres puntos. Perder el encuentro sería dar tantas facilidades que ya no cabrían ni las patochadas de su entrenador. El Atlético necesita vencer porque en ello hay parte del futuro inmediato. Sin embargo, lo que arriesga el Madrid es muchísimo más porque perdería tantos argumentos que ni una cortina de humo aventada por un turiferario predispuesto a la manipulación tendría ningún tipo de venta.
El Atlético vive sumido en la irregularidad y de ahí que esta noche el pronóstico sea tan incierto como el reinado de Witiza. Apostar por el Atlético es siempre un riesgo y, no obstante, han sido muchas las ocasiones en que se ha impuesto al Madrid cuando más favorito era este.
El Madrid acude a la cita con la euforia de haber superado los octavos de final en Liga de Campeones. Le convendría no sacar pecho antes de tiempo.
Posdata. Hoy habrá recuerdo para Adrián Escudero. Estaba en los cromos de quienes conocimos al Atlético Aviación. Vaya en su memoria mi aplauso.