Estados Unidos

Encrucijada de Endesa

La Razón
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Siempre he sostenido que España es un país que está ahora en lo político muy por debajo de su posición real en el mundo, tanto desde el punto de vista histórico o cultural como del económico. En lo cultural, por la fuerza del español, lengua que hablan más de 450 millones de personas, la segunda a nivel global y segunda también ya en Estados Unidos, primera potencia mundial. En lo económico, porque tenemos empresas que son auténticas multinacionales que co-lideran sus sectores en los países en los que tienen negocio. Muchas veces hemos hablado del Banco Santander y de Inditex y de Telefónica, y de tecnológicas como Indra, editoriales como Planeta, sostenibles como Acciona, Abengoa o FCC, energéticas como Repsol y eléctricas como Iberdrola, Gas Natural o Endesa. Cito al final de la lista aposta y con total intención a Endesa porque, si bien sus accionistas mayoritarios son italianos, la compañía como tal, líder en su sector, es completamente española, tiene aquí su sede social e impositiva y sigue siendo España uno de los principales escenarios de su modelo de negocio. Y porque, cumpliéndose ahora cuatro años desde la entrada de Enel (dos desde el último cambio accionarial), hay que reconocer que en este tiempo los nuevos gestores han demostrado que su apuesta por la españolidad e independencia de la marca no es mera fantasía o estrategia de marketing. Algo evidente que no podía ser de otra manera teniendo en cuenta que al frente del Grupo Enel se encuentra un hombre habilidoso y competente como Fulvio Conti, que ha querido y sabido mantener el carácter nacional de Endesa, implicándose en el día a día de España y Latinoamérica, de la mano de un equipo directivo innovador al que Borja Prado ha aportado su amplia visión empresarial. Y porque ambos, Conti y Prado, han sabido repartirse perfectamente las tareas: Conti en el plano de la planificación y Prado liderando la proyección de Endesa y colocándola nuevamente como la empresa de referencia en el sector. El resultado no ha podido ser mejor. La eléctrica afianza su posición en el mercado nacional, se consolida como segunda marca en Portugal reforzando su liderazgo ibérico, y da un salto de gigante en Hispanoamérica, área a la que destinará el 47 por ciento de su inversión hasta 2015. Tal es la apuesta, que Iberamérica figura en el plan estratégico de la eléctrica como su gran motor de crecimiento en los cinco próximos años. Algo lógico que sólo se puede conseguir partiendo de su posición privilegiada en España y Portugal, y que difícilmente sería igual de eficaz si se la considera una compañía meramente italiana o simplemente europea.

Esa visión hispanoamericana del negocio junto a las innovadoras apuestas en proyectos como el coche eléctrico, la movilidad eléctrica, la ciudad «Smarcity» del futuro o el esfuerzo en la generación sin emisión de CO2, están cambiando la imagen de una firma otrora algo anclada y ahora puntera en investigación sostenible, sin perder sus credenciales hispanas y su vocación claramente ibéroamericana.