DiCaprio en otra dimensión

El poder es uno de los asuntos recurrentes en la filmografía de Leonardo Di Caprio. El poder de los magnates («El aviador»), el poder en las calles («Gangs of New York»), el poder de las materias primas («Diamantes de sangre») y, ahora, el poder de la información. El actor se ha embarcado en el nuevo filme de Christopher Nolan, el autor de «Memento», con el que logró atraer las miradas, y la nueva saga de «Batman», con la que sostiene su prestigio actual y que le ha puesto de moda en los platós de Hollywood. Es una cinta de accción, de gran intensidad visual, con su apropiada dosis de suspense que promete ser el taquillazo del verano, tan carente en este momento de grandes propuestas que arrastren al público a las salas. La cinta ha costado 200 millones de dólares y ha supuesto para DiCaprio uno de los grandes retos interpretativos de su carrera, tal como ha declarado él mismo en la presentación de la película.

La historia, que cuenta también en el reparto con otros intérpretes como Michael Caine, Marion Cotillard, Tom Berenger, Ellen Page y Cilian Murphy, nos introduce en el mundo de los sueños. La trama arranca cuando un ejecutivo se filtra en la mente de las personas para sustraerles información. La cinta ha sido rodada en seis países y partía de una premisa: narrar una historia visualmente impactante, como el propio Christopher Nolan ha reconocido. A sus treinta años, Leonardo DiCaprio se reinventa como actor. Deja de ser el atractivo muchacho de «Titanic» para demostrar que lo suyo es la inteligencia escénica. Que posee un talento innato para apoderarse de los más diferentes personajes dotándolos de frescura y una sólida personalidad.

-¿Cómo se trabaja junto a Christopher Nolan?
-Bueno este proyecto nace de su mente. Ha permanecido en su psique durante ocho o nueve años. Así que antes de rodar, los dos nos tuvimos que sentar y hablar sobre la historia. Me gustó escucharle porque es un director visionario. Es capaz de recrear en sus películas mundos propios, regidos por sus propias normas.

-¿Resultó muy difícil interpretar su personaje?
-Cuando te metes en un papel es muy importante tener cierta interacción personal con el guión, es algo fundamental para todos los actores. Después de hablar durante meses con Nolan, de preguntarle constantemente sobre el texto, el concepto que deseaba representar, también quieres conocer cada detalle implícito que hay en él. A veces, no puedes extraer todo lo que necesitas de la página escrita. Tuve que meterme literalmente en la mente de Nolan y entender todas las capas de l subconsciente de mi personaje. Resultó un trabajo bastante arduo, pero al final entendí lo que Nolan pretendía.

-¿Ha sido uno de los personajes más complicados de su carrera?
-Diría que ha sido el más difcil de todos. Intenté acercarme a él de una forma convencional y estudiando el tema sobre el que trata la pelcula. Leí el libro «La interpretación de los sueños» y me metí de lleno en el concepto, pero al final es la película de Chris, un director que ha creado sus propios elementos dentro del mundo de los sueños. Me di cuenta de que tenía que interactuar con el director y los demás actores.

-¿Alguna vez ha soñado algo que ha ocurrido después?
-Por supuesto, le sucede a todo el mundo. Todos tenemos esos momentos en los que el sueño y la realidad se confunden.

-Cuesta creer que el filme esté financiado por un estudio. Sin Nolan y sin usted no se habría hecho.
-Es verdad. De hecho, hoy en día para financiar una película es necesario poseer un material específico y contar con la persona adecuada para que lo ejecute. Sólo hay uno o dos directores en la industria capaces de crear una idea como la de «Origen», tan multidimensional, complicada, ambiciosa y que al mismo tiempo sea capaz de conseguir un gran éxito en taquilla. Nolan ha demostrado que merece la pena apostar por él.

-Parece que tiene un sentimiento muy fuerte hacia la paternidad. Al menos eso ha demostrado en «Sutther Island» y «Origen». ¿Se está preparando para crear su familia?
-Me ayudó a prepararme el tener tantos hijos ilegítimos alrededor del mundo (risas). No, es broma. Explíquelo, por favor. Como actor, nuestro trabajo nos exige bucear en situaciones y personajes con los que no necesariamente nos sentimos identificados. No tengo hijos, pero sí amigos que los tienen. En ellos he podido ver el lazo que los une. Las películas que ha mencionado muestran situaciones trágicas con padres que están lejos de sus familias. Supongo que las dos cintas son la pesadilla de cualquier padre.

-¿Le sigue asustando la fama?
-La fama hay que utilizarla para llamar la atención del público sobre asuntos y problemas que precisan de una solución inmediata. A título personal no me interesa, y por eso trato de mantenerme lejos de los medios cuando no estoy promocionando una película.

-¿Que le asusta en la vida real?
-La ignorancia (se ríe)

-¿Que me dice de las arañas o del miedo a volar?
-Las arañas no me dan miedo pero sí las agujas y las inyecciones. No me gusta que me inyecten cosas. Odio los hospitales.

-¿Le gusta verse en la gran pantalla?
-Disfruto cuando estoy interpretando una película que funciona, pero no me seduce ver todas. Especialmente algunas de las que he rodado en el pasado porque encuentro muchos defectos en mi interpretación. Son faltas que me irritan y no veo nada más que eso una y otra vez. Ésas es mejor que no me siente a verlas (risas).

-Continúa adelante con su activismo político y ayudando al medio ambiente.
-Claro. Mi website está dedicado al medio ambiente. Soy un devoto de las causas pro medio ambiente y me siento muy orgulloso, porque creo que es necesario que todos tomemos conciencia de que es necesario ayudar al planeta.

-Ha cumplido treinta. ¿Es una buena edad para un hombre?
-Preferiría seguir en los veinte si te digo la verdad, pero ya me he hecho a la idea, en un principio no quería cumplir treinta pero... no me quedó más remedio.

-¿Ha cambiado mucho en estos últimos diez años llenos de trabajos y de películas?
-Por supuesto. De muchas maneras, pero hay cosas dentro de uno que no cambian. Eso que suelen decir por ahí de que al cumplir los treinta te conviertes en una persona adulta me parece bastante cursi, la verdad. Yo en el fondo, en cierto sentido, todavía me siento un adolescente y, por otro lado, un hombre maduro, una persona que ya ha acumulado suficiente experiencia e información como para aprender algunas cosas fundamentales en algunos campos de mi vida, pero no soy una persona distinta. Cumplir treinta significa muchas cosas en la vida, pero yo te debo confesar que desde que tenía veintitrés años me daba aprensión cumplir los treinta. Tenía cierta ansiedad. Era como entrar en la edad adulta pero ahora... la verdad es que no me siento nada adulto.

Cara rajada
El actor, que no acaba de decidirse si se casa con Bar Rafaeli (en la imagen) o lo deja para un poquito más adelante, llevará a los tribunales a Aretha Wilson, una canadiense de 40 años que en 2005 le atacó y le provocó cortes en la oreja y el cuello al tirarle un vaso a la salida de una fiesta celebrada en Hollywood. El juicio, en el que testificará DiCaprio, tendrá lugar el 11 de agosto.
 

Nolan, el otro «Matrix»
El mundo de los sueños y el mundo de lo virtual comparten un mismo punto en común: forman una dimensión que asusta y crea muchas pesadillas al hombre. Donde los planos de la realidad y los de la ficción o la imaginación se confunden, siempre hay un hueco para los peores temores. «Matrix» resultó un hito por su factura audiovisual y mediática, y alterar las reglas del tiempo y el espacio en el cine. Suponía una reflexión sobre cómo las máquinas creadas por el hombre, convertían al hombre en una máquina, que pasaba a ser un ente sin voluntad y apaciguado por las imágenes que recibía en el cerebro. En esta ocasión, parece, que Christopher Nolan pretende crear una cinta de semejante envergadura. Una propuesta cinematográfica con una factura visual incontestable que intentará volver a alimentar el desasosiego que sienten los hombres cuando se enfrentan a la decisión de averiguar si lo que ven y lo que sienten es real o sólo proviene de su fantasía.