FC Barcelona

Barajas

El otro equipo del «clásico»

Policías, vendedores, pizzeros y sanitarios trabajaron ayer a destajo

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MADRID- En menos de un mes la capital albergará en dos ocasiones un clásico de alta tensión: el Real Madrid-Barcelona. Ayer el encuentro, en el campo, quedó en tablas. Donde no se repitieron los números fue en las cuentas de las cajas de los comerciantes que desarrollan su actividad en los aledaños del estadio blanco. Vendedores de camisetas y bufandas, agua, cerveza, pipas, chucherías, bocadillos, pizzas... para todos el partido de ayer fue especial porque pudieron hacer su agosto en plena primavera. Por ejemplo en una conocida cadena de pizzerías, sus encargadas esperaban cerrar sus cajas con entre 1.500 y 2.000 euros más que cualquier otro sábado de Liga. En el descanso del partido las cinco líneas echaban humo y ni siquiera conseguían atinar a la hora de calcular el número de pizzas que habían horneado mientras sus repartidores iban y venían de los domicilios con los pedidos. Algo similar ocurrió en los bares y puestos aledaños al Santiago Bernabéu. La familia de Álex lleva más de veinte años vendiendo merchandising futbolístico en varios idiomas: «Son fifteen», espetaba a los turistas que le preguntaban por las bufandas del Real Madrid mientras tenía un ojo puesto en sus artículos. Para el que no fue buena la tarde fue para Ricardo García que paseaba por Concha Espina con varias series de décimos de lotería colgadas del cuello. «Sólo he vendido dos billetes desde las diez de la mañana mientras que el día del Sporting vendí ocho, a ver si va a ser cierto lo de los catalanes...», se preguntaba con sorna. En cuanto a la seguridad del evento, la Delegación del Gobierno coordinó un dispositivo especial en el que participaron Policía Nacional, Municipal, Samur y Bomberos, además de los servicios de seguridad del Santiago Bernabéu, que mantienen una comunicación permanente con Policía y Samur, para informar, por ejemplo, de cómo están los ánimos y las «intenciones» en las gradas más radicales y por qué puerta y a qué hora se va a desalojar a estos aficionados para tenerlos controlados. De hecho, Policía y Samur escoltan los autobuses de los radicales del equipo visitante en su desplazamiento desde Barajas hasta el Bernabéu y viceversa.


Pablo Pérez
Camarero

«Los partidos de Champions son aún peores»
Desde la ventana mostrador de la cafetería P6, junto al Santiago Bernabéu, se agolpaban ayer los aficionados para comprar algo de cena antes de entrar al estadio. A 5 euros el bocadillo de tortilla o el de lomo a la plancha, Pablo y su compañero, Francisco, aseguraban ayer que, a pesar de que tuvieron mucho trabajo «son peores los partidos de Champions que los Madrid-Barça».

Raúl Limo

Vendedor
«Hoy viene a trabajar toda mi familia»
Raúl regenta desde hace doce años uno de los puestos de agua y chucherías que se instalan en las puertas del coliseo madridista en los días de partido. A dos euros la botella de medio litro de agua y la bolsa de pipas, este vendedor tuvo ayer que recurrir a su familia porque no daba abasto. Especialmente en la hora anterior al encuentro Raúl, Gladis y Samuel se hartaron de vocear el típico «agüita fresca».

Juan Mediavilla
Jefe Samur

«Tenemos todo muy ensayado»
Como jefe de la división de procedimientos especiales del Samur, Juanjo ha vivido cientos de partidos de «alto riesgo». Lleva en Emergecias desde 1996 y dice que un Madrid-Barça como el de ayer, a pesar de ser un partido «caliente», no es especialmente complicado. Aun así, «nunca se sabe, depende mucho del resultado». Sobre todo atienden contusiones e intoxicaciones etílicas.

José
Agente de la UIP

«Hay que controlar a los radicales»
Para la Policía Nacional ayer también fue un día de mayor trabajo. José, agente de una Unidad de Intervención Policial (UIP) o «antidisturbios» explica la parte más complicada del dispositivo. «Los aficionados radicales son los que suelen crear problemas, por eso se los tiene controlados desde su llegada al aeropuerto, en las gradas y a su salida, cuando buscan piques con la afición rival».

José Falcón
Aparcacoches

«Esto es siempre así, con carreras»
Sólo lleva tres meses dirigiendo a los coches hasta el aparcamiento aledaño al Santiago Bernabéu pero ayer para José Falcón fue un día de mucho trajín. No paró de echar carreras hasta meter a casi 600 vehículos en las tres plantas de este parking con una dificultad añadida: debía sortear él mismo e indicar a los coches para que no hubiera problemas con los aficionados que paseaban por la calzada.