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Crisis en Túnez

La «Libia libre» ensaya un Gobierno de transición

Libia ya ha comenzado su transición política incluso antes de que el régimen de Muamar Gadafi caiga. Las nuevas autoridades del este del país, que quedó completamente liberado hace una semana, anunciaronayer que los comités locales revolucionarios han decidido crear unconsejo nacional, que será formado en breve, aunque no han desvelado más detalles sobre la fecha ni sobre su composición.

Los rebeldes controlan Bengasi
Los rebeldes controlan Bengasilarazon

El consejo será una autoridad temporal y de transición hasta que todo el país sea liberado de las fuerzas de Gadafi y se pueda formar un Gobierno propiamente dicho, tal y como explicó Abdulhafith Guga, portavoz de los representantes del este, que se reunieron ayer en Bengasi.

Deesta forma, los responsables revolucionarios respondían al anuncio lanzado el día anterior por el ex ministro de Justicia de Gadafi,Mustafa Abdel Yalil, que desertó en los primeros días de las revueltas y, desde la ciudad liberada de Beida, declaró la formación de un nuevo Gobierno interino, al parecer de forma unilateral y sin contar con el consenso de las demás autoridades de la zona. Éstas han dejado claro que la revolución todavía no está preparada para tener un Gobierno, que éste no puede nacer hasta que Trípoli sea liberada, y que tampoco quiere tener una cabeza visible y un líder autodesignado, tal y como se presentaba Yalil, que ha sido desacreditado.

Guga ha dejado muy claro que el de Yalil fue «un anuncio personal» y que en el este de Libia no ha sido declarado ningún Gobierno. Los rebeldes están haciendo especial hincapié en que no existen dos libias, una liberada y otra bajo el control de Gadafi, el este y el oeste, sino que el país sigue siendo uno solo y unido, con Trípoli como capital. De hecho, el consejo nacional tendrá su sede en Bengasi, que se ha convertido en la capital de la Libia libre, sólo hasta que la revolución triunfe en Trípoli, pero que la región oriental no se está declarando independiente ni se está dotando de instituciones propias en ningún momento, sino que está esperando al oeste para iniciar el camino hacia la democracia.

 En las calles de Bengasi, todos, desde los políticos hasta los empresarios, pasando por los jóvenes que siguen manifestandose en la plaza de Mahkama, están convencidos de que ese momento está muy cerca. Este presentimiento, o más bien deseo, está en el aire desde la semana pasada, pero los días van pasando y Gadafi sigue resistiendo en algunas ciudades occidentales y en Trípoli. En la capital la situación parece estar estancada, aunque en Bengasi aseguran que los revolucionarios de la capital están preparando el asalto final contra el coronel. Mientras, éste planearía recuperar la estratégica ciudad de Zawiya, cuyo centro urbano está en manos de los rebeldes, pero rodeada por las fuerzas leales al coronel. Periodistas occidentales que han podido entrar en Zawiya relatan que ambos bandos cuentan con algunos carros de combate y con ametralladoras pesadas.

Además, en varias localidades del oeste la revolución todavía no está asegurada y la balanza podría inclinarse hacia un lado u otro en cualquier momento. Ayer, los hombres de Gadafi empezaron a repartir una «ayuda para alimentos» de unos 400 euros por persona, en un intento de ganarse voluntades.

Por ello, en el este todavía existen algunos temores sobre un contraataque de las fuerzas de Trípoli, pero las autoridades locales minimizan esta posibilidad, así como la opción de que el oeste no caiga en breve. En Bengasi no se contempla ya un futuro con Gadafi, pero tampoco se desvela la estrategia a seguir para acabar definitivamente con él. Ayer, el portavoz de los rebeldes reiteró que éstos rechazan cualquier intervención exterior, especialmente si es militar, y dijo que, por el momento, no se han establecido contactos con ningún Gobierno extranjero, afirmación desmentida por Washington que, ayer, anunció el principio de una «misión exploratoria».


Mustafa Abdel Yalil, el ministro crítico
El ex ministro de justicia de Gadafi fue el único de sus funcionarios que se atrevió a criticar las medidas represivas del régimen. De hecho, en 2010 las organizaciones humanitarias aplaudieron su postura frente a los arrestos arbitrarios de cientos de personas. Tras la revuelta, el político reveló que Gadafi había ordenado el atentado aéreo de Lockerbie en 1988, en el que murieron 250 personas y dijo que es responsable de la infección de 400 niños con sida. Abdel Yalil pretende liderar el Gobierno interino para la transición.