Carlos Sobera: «Los de la Zeja deberían pagarme»

–«La guerra de los Rose»: la gran pelea de una pareja. ¿Ha vivido algo así?
–Afortunadamente, nunca. Yo pelearía más por un coche que por una casa.

–Ya: pasa más tiempo en el coche que en casa...
–Por eso y porque me gustan mucho los coches.

–¿Sería capaz de actuar como su personaje?
–No. Estoy en las antípodas. Soy incapaz de comprender por qué no me quieren, pero también soy incapaz de reaccionar violentamente.

–En todo caso, ¿por qué libraría una batalla así contra su mujer?
–Sólo veo un motivo: por un hijo. No llegaría a matar, sí a morir por él.

–¿Ve tan fácil pasar del amor al desamor?
–Lo veo difícil, pero pasar del desamor al odio lo veo fácil.

–No sé si ha pasado muchas veces del amor al desamor...
–Unas cuantas, pero del desamor al odio, nunca. Desconozco el odio.

–Obra de éxito: ¿a la gente le gusta ver parejas peleándose?
–Les encanta. Muchos se reconocen, se ríen de sí mismos y así hacen una especie de catarsis.

–Pasa lo mismo en la tele: con peleas e insultos, crece la audiencia.
–Cierto. Es porque se crea emoción, tensión, y eso engancha a la gente.

–Crisis: dicen que cuando la ruina entra por la puerta el amor sale por la ventana...
–Yo suelo decir que, cuando la ruina entra por la puerta, Zapatero sale por la ventana.

–¿Es cierto que la gente le para en la calle para pedirle que levante la ceja?
–Sí. Y quieren que levante sólo una. Deben pensar que no sé levantar las dos a la vez.

–Los actores de la Zeja deberían nombrarle presidente honorario...
–Sí, ja, ja, ja, y pagarme un canon, aunque fuera digital.

–Volviendo a la comedia: alguien dirá que anima a la violencia de género...
–Será un error si dicen tal cosa: es una reflexión, con humor, de la estupidez de la violencia ante el desamor.

–Dirán que es machista...
–Mi personaje es machista, pero no sale bien parado.

–Y usted, ¿no ha sido machista?
–He intentado no serlo, pero no sé si lo he conseguido. Yo creo que las mujeres son más inteligentes y más fuertes que nosotros. Tienen más equilibrio y hasta viven más. Veo a la mujer como un ser superior...

–Mire, como Butragueño a Florentino Pérez.