Estocolmo

La muralla «verde» de Vitoria

Los 91 km de áreas verdes que la rodean y su Plan de Movilidad Sostenible han sido claves para su proclamación como Capital Verde Europea 2012, aunque la ciudad vasca mira más allá de esta fecha con el ambicioso objetivo de convertirse en una urbe neutra en emisiones para 2050

La muralla «verde» de Vitoria
La muralla «verde» de Vitorialarazon

Presentaron una candidatura concienzuda, donde nada escapaba a la improvisación, y la Comisión Europa lo certificó en Estocolmo: Capital Verde Europea 2012 o «la realización de un sueño» según su concejala de Medio Ambiente, Alba Cañadas. Ella, que estuvo presente durante el acto, dice que lo que más llamó la atención del jurado fue su Plan de Movilidad Sostenible. Una iniciativa para potenciar el uso de transporte público nada extravagante que, sin embargo, dio unos resultados extraordinarios. En seis meses, y sólo con la redefinición de los recorridos de las líneas de autobuses el uso del medio público aumentó un 42 por ciento. Y esto es «mérito de la ciudadanía», recalca Cañadas.


No sólo reconocen el trabajo de los vecinos, sino que admiten que sólo buscaron soluciones de ciudades que sobresalían por su responsabilidad medioambiental y ven este premio como ejemplarizante, pero sin ostentaciones. «El 84 por ciento de la población europea vive en ciudades de entre 100.000 y 500.000 habitantes. La nuestra, con sus 240.000, también es de tamaño medio, así que lo que salga bien o mal aquí es extrapolable a gran parte de las urbes de Europa», detalla la concejala. A terminar de orientar la balanza comunitaria contribuyeron el ambicioso reto de hacer de Vitoria una ciudad neutra en emisiones para 2050 y el hecho de que esta comitiva llegaba a defender su propuesta el día de los exámenes finales, siendo la más numerosa y bullanguera; nada desconcertante cuando existe la posibilidad de recibir un premio, aunque sí resulta llamativo si quien apoya la candidatura representa cada cual un color político diferente. Porque el verde está por encima de cromatismos ideológicos en esta ciudad, que lleva largos años defendiendo y proponiendo una filosofía «verde por fuera y por dentro».

Una frontera natural
A unos veinte minutos andando desde el centro de Vitoria-Gasteiz se llega al Anillo Verde. Un área de bosques y parques fluviales, algunos de ellos antiguos terrenos baldíos rehabilitados, que rodean el casco histórico y que, como si de murallas se tratase, defienden el encuentro del contenido urbano con su continente entorno natural en una especie de transición «amable». Aquí no hay papeleras ni bancos para sentarse porque se trata de dejar espacio a la biodiversidad y para que el mensaje de área de ocio y a la vez aprendizaje quede totalmente claro. Son 91 km de circunvalación, en los que sobresalen dos parques, el de Salburua y el río Zadorra, que han sido declarados Lugares de Interés Comunitario (LIC), entre otras distinciones. Al este, los humedales de Salburua (en cuya área hace un año se inauguró el Centro de Interpretación) nacieron como respuesta de la ingeniería hidráulica a las crecidas de los riachuelos de los Montes de Vitoria, que periódicamente inundaban el casco antiguo, hasta convertirse en un área de balsas de agua laminadas. Aquí se han llevado a cabo varios proyectos, como el reforzamiento de la población del visón europeo (programa Inbios, premiado en 2007 con 200.000 euros, por la Fundación Biodiversidad y la Federación Española de Municipios y Provincias, por su apuesta por el incremento de la biodiversidad). El inicio del proceso de declaración de un parque natural en los Montes de Vitoria y varios planes para mejorar el grado de conservación de otras especies como el murciélago y la nutria han mantenido ocupado a los técnicos públicos y completan esta particular alianza con la naturaleza.
El Jardín Botánico de Olarizu, al sur de Vitoria, dará la bienvenida a 2011 con el Arboreto de los Bosques de Europa. Coincidiendo con el Año Internacional de los Bosques, se acaban de inaugurar 30 hectáreas de superficie donde se han representado en cinco zonas, los cinco tipos de vegetación del viejo continente. La flora recién trasplantada parece que ha recibido su nueva casa de adopción sin problemas, aunque desde al Ayuntamiento confiesan que las «palmeras griegas no han aguantado las primeras heladas de la estación». También se ha dejado espacio para las plantas útiles y las amenazadas y han creado un innovador Banco de Germoplasma para conservar semillas de material vegetal autóctono a baja temperatura y humedad.


Situadas en esta zona del sur y al norte, las huertas ecológicas de Olarizu y Abetxuko son dos espacios naturales creados por y para la ciudadanía. Son unas 300 parcelas de entre 50 y 75 hectáreas, según datos del Consistorio, en los que se forma a personas interesadas para después cederles el terreno de cultivo durante cinco años. En este tiempo, lo que produce se destina al consumo de quien tiene los derechos de cesión. La iniciativa ha tenido tanto éxito que, lo que nació para un público de más de 65 años, se ha ampliado para incluir en la participación a cualquier persona mayor de edad y se «está valorando aumentar el área», promete Cañadas. El interior de la capital vasca no es ajeno a esta reconquista medioambiental. Desde hace cuatro años, los vecinos de dos barrios se encargan directamente del mantenimiento de sus jardines y zonas verdes.


Europa ha valorado estos esfuerzos, la calidad del aire, la concienciación de todos los participantes de la ciudad en el consumo del agua y el intento de compactar el desarrollo urbano. Esta idea de aglutinar contribuye a la eficiencia en el transporte y a la disminución de la contaminación. El futuro soterramiento de las vías del tren a su paso por la ciudad supondrá una inversión de 476 millones de euros, cofinanciada por el Gobierno central, el Vasco, la Diputación Foral de Álava y el Ayuntamiento y unirá la ciudad, «que dejará de estar partida en dos», a lo largo de siete nuevos kilómetros para nuevos desarrollos. Un futuro que va unido a la idea de súper manzanas, en la que los espacio internos de los barrios serán de acceso exclusivo para peatones.


Hasta el mobiliario urbano es, en Vitoria, un reclamo medioambiental. Por ejemplo, las 220 marquesinas de autobuses, instaladas por la empresa FCC (responsable desde hace ocho años de los servicios de saneamiento urbano), han sido diseñadas por el arquitecto experto en sostenibilidad Francisco Mangado.