Grecia

Rubalcaba reconoce que «hemos cometido errores»

El PSOE aprueba su programa electoral por aclamación

Rubalcaba presenta su programa para definir como saldrá España de la crisis
Rubalcaba presenta su programa para definir como saldrá España de la crisislarazon

MADRID- Por aclamación y sin objeciones internas. Así aprobó ayer el Comité Federal del PSOE el programa electoral de Alfredo Pérez Rubalcaba. Es más, por unanimidad, se decidió que el candidato tenga potestad para actualizar, sin consulta previa a los órganos del partido, la oferta programática en el sentido en el que crea conveniente de aquí al 20-N. Lo nunca visto en un PSOE tan habituado al debate y la contestación interna y que, sin embargo, en esta ocasión ha recibido sin rechistar el documento electoral tan sólo 20 horas antes de que tuviera que validarlo y sin posibilidad de enmiendas. Nadie abrió la boca más que para glosar las novedades de la oferta electoral. Sólo hubo tres intervenciones, además de la introducción general del coordinador del programa, Jesús Caldera. Las tres, de José Antonio Griñán, Jesús Fernández Vallina y Cristina Narbona, en la misma dirección, la de glosar las novedades del documento y elogiar la «valentía» de algunas de sus propuestas». Así están las cosas en este socialismo que parece haber tirado la toalla antes de tiempo y al que Rubalcaba intentó ayer, con un discurso de contraste entre izquierda y derecha, levantar el ánimo.
El candidato agudizó como nunca antes la crítica al PP y se dirigió especialmente a aquellos que creen que un Gobierno de Mariano Rajoy puede sacar a España de la crisis para que se pregunten qué confianza merece un partido que se ha pasado los últimos tres años «intentando aprovecharse políticamente de la mala situación económica», que no ha hecho más que «hablar mal de España fuera de España» y que incluso en mayo de 2010 intentó que a nuestro país le ocurriera «lo que le ha pasado a Grecia y Portugal».
En contraste, reivindicó a su partido como el principal responsable de los avances que se han producido en España en las tres últimas décadas -el ingreso en la UE, el sistema de pensiones o la expansión de los derechos individuales y colectivos- e hizo hincapié en que todos esos cambios tienen «alma socialista».
 
«Sin mentir a los españoles»
Tras dejar claro que ambas formaciones «no somos lo mismo» (expresión que utilizó en varias ocasiones), el aspirante del PSOE a la Presidencia del Gobierno reconoció, en presencia de Rodríguez Zapatero, que los socialistas han podido hacer «unas cosas mejor y otras peor» pero que, en definitiva, han «gobernado», mientras que el PP sólo ha intentado sacar provecho de la crisis mientras el Gobierno ha hecho todo lo que ha hecho «pensando siempre en el bienestar de los ciudadanos y en el futuro de España.
Luego, hizo un relato descarnado de la situación económica antes de comprometerse a ir siempre con la verdad por delante y «sin mentir a los españoles». Admitió que la crisis no se arreglará «ni mañana ni pasado mañana» y que todavía quedan «trechos difíciles por recorrer», en los que conviene no equivocarse y tomar decisiones «con justicia» («pedir más a quien más tiene»). Aquí reiteró su oferta de pacto por el empleo y se conjuró para impedir que se hagan «sacrificios» en sanidad y educación para recuperar el crecimiento económico.
Aún ofrecería un acuerdo más, éste en el ámbito de las instituciones para lograr gobiernos «austeros» en los distintos niveles de la administración y evitar duplicidades en aras de una gestión eficiente. Rubalcaba se ahorró cualquier detalle sobre el programa electoral -ya conocido por otra parte-, pero sí subrayó que lo siente como suyo: «Es mi programa, es un programa ambicioso y realista para gobernar, que se ha hecho pensando en lo que necesita España», resumió antes de incidir en que el documento responde a sus tres compromisos básicos, esto es «ideas, propuestas y cuentas claras».

El final de su discurso ante el Comité Federal lo dedicó a insuflar ánimo y a pedir a los socialistas que actúen «ligando la satisfacción de sus aspiraciones políticas con el destino del pueblo español», y que trabajen «sin descanso, con ilusión y sin preocuparse de otra cosa. Preocuparos únicamente del compromiso con nuestras ideas, con nuestros conciudadanos y con España; lo hemos sabido hacer. Siempre lo hemos hecho», concluyó.