Sevilla
Antonio Gutiérrez Limones : «Todos podrán elegir Por eso existe el voto secreto y directo»
«Los líderes del anterior proyecto –Viera, Susana Díaz y Villalobos– fracasaron», asegura, por lo que propone «el reposicionamiento del partido» hacia «los ciudadanos»
–Ha dado un paso al frente y está dando la cara por los críticos. ¿Teme que se la partan?
–No, éste es un partido que toma decisiones democráticas. Seguramente, este fin de semana, en el PP veréis que no hay debate, que no hay más de un candidato. Nosotros somos un partido que abre su periodo congresual para decir qué queremos ser y cómo podemos analizar mejor los problemas de la gente. Todos los socialistas somos críticos. Es un partido racionalista, que siempre tiene en mente las aspiraciones de la gente.
–¿Por qué ahora?
–El proyecto que quiero representar para la provincia debe ser de mayoría estable. En Sevilla había un proyecto mayoritario, al que yo apoyé porque había estabilidad, y fracasó. Ahora hay una gestora y legitimidad para proponer. Creemos que ha llegado el momento de los ayuntamientos. Que los valores se basen en el municipalismo.
–Carmeli Hermosín dijo en su presentación que quiere «un partido en el que no se tenga miedo de decir lo que se piensa». ¿Ahora no hay libertad en el PSOE?
–Creo profundamente en la libertad y la democracia que hay en nuestro partido. Es la organización más permeable, más transparente y demócrata que existe en nuestro país. Estoy plenamente convencido de que el congreso se va a dar en términos de democracia, libertad, transparencia. Como siempre hemos hecho los socialistas.
–¿No temen represalias? En la Diputación ya ha habido algún baile de puestos y se han abierto expedientes a militantes que se han mostrado críticos en la red.
–(Silencio). Todos los partidos tienen un procedimiento de comisión de ética y se toman medidas cuando no se respeta lo que es el campo de juego. Estoy convencido de que todos vamos a trabajar para aportar en un gran debate y que sea lo mejor para el proyecto socialista, que no es otro que el proyecto de los ciudadanos. El partido tiene que abrir las puertas y las ventanas. Tenemos que ser la voz de los ciudadanos.
–¿El modelo «integrador» de Susana Díaz será como el de Griñán, sin ningún crítico en su ejecutiva?
–Cada tiempo tiene su afán y cada congreso igual. Es el presidente de la Junta y cada congreso toma sus decisiones. Una vez que termina el congreso, unidad, apoyo y acción. Todos estamos junto a Rubalcaba y Griñán. Lo que tuve que decir sobre Pepe Griñán lo dije en el atril. Y dije: apoyo total y completo al secretario general, para conformar un equipo, para formar el proyecto que necesita Andalucía, que tiene que estar liderado por él. Ahora toca el tiempo del provincial. Y estoy convencido de que una vez se produzca el debate y la votación, toda la agrupación estará detrás del nuevo líder.
–Asegura que lo primero que hará si gana es llamar a sus adversarios para formar equipo. ¿A pesar de las presiones que reciben?
–Lo que digo es que el talento es lo que necesitamos para hacer posible un proyecto. El talento no se gestiona ni se deja gestionar, está donde se generan las condiciones. Si lo más importante para el PSOE son los ciudadanos y sus preocupaciones, el desamparo, la desesperanza, la posibilidad de darles proyectos que den significado a su presente y a su futuro, si eso es verdad, tenemos que hacer un equipo que sea fiel reflejo de eso y, por tanto, necesitamos en la dirección a los mejores. Es lo que interesa a los ciudadanos y tendremos que hacerlo.
–Viera dice que va con usted. ¿Eso le beneficia o le perjudica?
–Fue el anterior secretario general y, junto con él, todos los secretarios generales de la agrupación de Sevilla han dado el apoyo a esta candidatura. Es una persona con una gran experiencia, con trayectoria y que ha conciliado a la mayoría en las dos últimas ejecutivas. Precisamente, los líderes de ese proyecto –Viera, Susana Díaz y Villalobos– y ese proyecto han fracasado. Y como ha fracasado, algunos decimos que hay que montar uno nuevo, que debe ser acorde a los tiempos, fiel reflejo de la calle.
–¿«Abrir las ventanas» no choca con la presencia de Viera o Ramón Díaz en su presentación?
–Son compañeros de esta agrupación, por tanto, mi respeto absoluto a los procesos judiciales, que demostrarán, estoy convencido, su inocencia. En el proceso en el que estamos, todos los compañeros exhiben su apoyo a una u otra candidatura. Son compañeros que se merecen todo el respeto, en tanto en cuanto se produzca algo, y yo agradezco su apoyo.
–¿Pone la mano en el fuego por ellos?
–Lo que digo es que son compañeros que han prestado un gran servicio al partido, a la gestión y ahí está el currículum de cada uno. Poner en duda su honorabilidad me parece ciertamente fuerte, sobre todo, por parte de aquellos que les han acompañado durante todo este tiempo en todos los temas orgánicos e institucionales.
–¿Las formas que usted quiere para el partido son otras?
–Lo único que digo es que son tiempos nuevos y es hora del municipalismo, la cercanía, de dar respuesta a los ciudadanos. Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer, no lo que decimos que sabemos hacer; y que cuando digamos algo, lo hagamos, además, de una manera correcta y adecuada. Yo pongo el ejemplo de la seleción española. La gente valora mucho más cómo ganó –la humildad, el compañerismo, la solidaridad, el trabajo en equipo– que la victoria en sí. Cómo hacemos las cosas es fundamental. Pongo otro ejemplo: en el mundo en que vivimos hoy, los liderazgos no pueden ser individuales, para cualquier proyecto. Se necesitan diferentes personas. Son proyectos compartidos en los que se pone en valor la inteligencia social de un grupo. Tenemos un problema de reposicionamiento del partido. Hay una pérdida de confianza por parte de los ciudadanos, un alejamiento de la política y los políticos. Hay también una pérdida de apoyo al Partido Socialista. Muchas personas que confiaban en nosotros no tienen razones para votarnos. Si eso es así, entonces tenemos que hacer un diagnóstico crítico. Abramos un gran diálogo social, que permita que el partido, de nuevo, sea capaz de salir a tomar decisiones junto a los ciudadanos.
–¿Cree que hay quien no se ha enterado aún de que el PSOE perdió las últimas elecciones?
– Vengo trasladando que necesitamos un diagnóstico urbano porque es verdad que desde el 95 en que el PSOE empezó a perder las grandes ciudades no tenemos un diagnóstico claro que ha alejado al Partido Socialista de las clases medias urbanas. Hay que reposicionar el partido, que tiene que ser de la redistribución pero también el del crecimiento económico; el que habla de derechos pero también de responsabilidades; el de los ciudadanos plenos que quieren estar en el debate público y la toma de decisiones, que se comprometen con sus vecinos. Para eso, podemos no compartir supuestos ideológicos, pero sí vitales. Es lo que necesitamos ahora.
–¿Está a favor de las primarias?
–De que hablemos con los ciudadanos. Por supuesto, más permeabilidad, que nos parezcamos cada vez más a los ciudadanos. Preguntémosle. Demasiadas veces nos perdemos en nuestros problemas internos, creyendo que lo que pensamos es lo que piensan los ciudadanos, y no es verdad. Para saber lo que piensan, hay que escuchar mucho más.
–Aunque ha pedido respeto para su adversaria y asegura que no comparte la petición de dimisión de De la Borbolla, reconocerá que juegan en desventaja. Susana Díaz y Villalobos tienen un puesto del que depende el sustento de muchas de las personas que votan en el congreso.
–Quiero diferenciar mucho la institución y el partido; y ambos son unos magníficos consejera de Presidencia y presidente de Diputación. En el debate orgánico todos los compañeros tendrán la libertad de elegir. Estoy convencido de que por eso existe el voto secreto y directo y todos los compañeros cuando entren en la cabina verán dos papeletas y tomarán la decisión mejor para el futuro de la agrupación.
–Si gana, será alcalde, senador y secretario provincial del PSOE. ¿Se pueden llevar adelante tantos cargos de relevancia?
–Son proyectos de equipo. Soy uno más Voy a constituir una agrupación que sea especialmente compartida, que cada uno aporte su talento y lo mejor de sí. Precisamente, porque soy alcalde me presento. Si no lo fuera, no lo haría. Creo que este proyecto debe ser municipal y por primera vez tenemos la oportunidad de que un alcalde pueda liderarlo junto a otros alcaldes.
–Su liderazgo ha sido más bien una invitación de los críticos. Usted no era proclive a ser el líder.
–Esto es un grupo de compañeros alcaldes, pueden liderar unos u otros, porque tienen capacidad, experiencia y trayectoria. Todos me solicitan que sea yo quien pueda liderar esto. Soy una persona de consenso y he apoyado siempre que en Sevilla haya mayorías estables. Cuando los tiempos eran fáciles nunca he dado el paso. Nunca he pertenecido a la ejecutiva provincial. Ahora que vienen momentos difíciles es cuando creo que hay que dar un paso al frente. ¿Cómo es posible pensar que esto es un proyecto sin fuerza, si hay un número importante de alcaldes de las ciudades más importantes que tiene el PSOE en España, pero también de ciudades medias y pequeñas, que representan a personas con una gran experiencia, en el Parlamento de España y andaluz, en el Senado; personas que han estado y aportan su experiencia; el esfuerzo y el empuje de un montón de jóvenes? Es un proyecto con una carga que quiere ser de abajo a arriba. Lo que decimos los alcaldes es que en este momento difícil, lo mejor que tenemos son los ayuntamientos y son mayores para tomar sus decisiones, no queremos tutelajes. Desde la legitimidad que nos da que en Sevilla hay una gestora y hay que hacer un proyecto nuevo.
–De los 61 alcaldes socialistas de la provincia, 51 dicen que apoyan a Susana Díaz. ¿Confían en que, finalmente, contarán con el apoyo de parte de ellos?
–Voy a hacer propuestas importantes, como el consejo municipal, para que esos compañeros puedan optar por acompañarnos en este camino del municipalismo. Lo fundamental es que tengamos todos la misma voz y hablemos de tú a tú. Los compañeros quieren un proyecto municipalista y para eso quien lo lidere tiene que provenir del mundo municipal.
–¿De verdad se ve como secretario de la agrupación más importante de España?
–(Silencio. Traga saliva). Mire, ganar no es sólo una cuestión de votos, que por supuesto. También es ganar en ideas y propuestas. Estamos en un debate y queremos aportar lo mejor para lo que de verdad significamos y queremos representar: la voz de la gente de la calle. El partido tiene que tener los focos fuera, abrir las ventanas. Todo lo que yo pueda aportar para reposicionar el partido en el centro de un gran debate público y que seamos de verdad capaces de darnos cuenta que hay un alejamiento de los ciudadanos, lo que yo pueda aportar como alcalde, con mi experiencia y trayectoria, va a ser lo más importante que se pueda hacer. Puedes ganar o perder. Pero lo importante es que ganen los ciudadanos con un proyecto nuevo. Si al final de este proceso hemos conseguido eso, estoy convencido de que quien lo lidere lo hará muy bien. Quiero aportar, dar un paso al frente, tener la complicidad, la pasión, para llevarlo a cabo con un grupo de gente, en un proyecto compartido.
–¿Su objetivo no es el sillón? ¿Firma perder si hay debate?
–Lo más hermosos que le puede ocurrir a una persona que quiere dedicarse a la política es ser alcalde de su pueblo, representar a sus vecinos. Mi máxima aspiración ya la tengo. No cambiaré ser alcalde de Alcalá de Guadaíra por ningún otro puesto. Vengo a dar un paso en el campo orgánico por aportar lo que conozco de mi realidad con otros compañeros para hacer un proyecto de futuro.
EN PRIMERA PERSONA
Gutiérrez Limones habla despacio para entender el mundo. Ambas facciones del PSOE, llegado el momento, venden flores que no se marchitan y amores eternos. Como las gitanas de la Plaza de España. Pero Limones es de padre de Montellano y madre de Coripe. Juega con ventaja al hablar de municipalismo. El origen. Y que desde el 95 es alcalde de Alcalá. Conoce el paño. Y las leyes .También estudió en EE UU. Mira de frente, tras unas gafas de diseño que esconden esquirlas azul amable, aunque gasta un apretón de manos con denominación de origen. Con fuerza. Calza 49 púas y es de camisas entalladas. A lo Bisbal, con canas y aire califal. Parecía que el órdago crítico quedaría en poptosis, suicidio celular. A Susana Díaz la temen más en el PSOE que a sor María una noche de tormenta en lo alto de un castillo meciendo al toro Ratón. Y en éstas, Limones, en el papel de cianobacteria, promotor de cambios, amarga la candidatura de los que no querían que se presentara. «Uno tiene sus convicciones, sus principios y sus valores y es lo que aporta. En la vida, y en la política, las formas y el fondo son muy importantes», dice.
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