África

Rabat

Siete muertos en el Sáhara tras un partido de fútbol

Marruecos despliega tropas en Dajla para controlar la ola de violencia más grave del último año

Fuerzas de seguridad marroquíes desplegadas en la frontera con Argelia en una imagen de archivo
Fuerzas de seguridad marroquíes desplegadas en la frontera con Argelia en una imagen de archivolarazon

MADRID- Un partido de fútbol ha vuelto a encender la mecha de la violencia en el Sáhara Occidental. En esta ocasión, el escenario ha sido Dajla (antigua Villa Cisneros), a 1.800 kilómetros al sur de Rabat. La victoria por tres goles a cero del equipo visitante (procedente de Casablanca) sobre el local (saharaui) acabó en una trifulca entre colonos y saharauis que se extendió hasta la mañana de ayer y que ya ha causado siete muertos, dos de ellos de las Fuerzas de Seguridad marroquíes.

Fuentes oficiales marroquíes informaron de que tres de las víctimas murieron atropelladas «después de que unos criminales reincidentes las atropellaran intencionadamente con vehículos todoterreno». El comunicado dice que los otros cuatro «fallecieron como consecuencia de actos de violencia», sin dar más explicaciones.

Activistas saharauis consultados por LA RAZÓN aseguraron por teléfono desde Dajla que «Marruecos ha desplegado miles de militares que han sellado la ciudad». Las mismas fuentes aseguraron que «el toque de queda es inminente, todos los comercios están cerrados y llevamos tres días sin nada que comer y con los niños sin ir al colegio».

Entre los siete muertos habría al menos un joven saharaui, Maishan Mohamed Lamin. Según dijo a este periódico Mamay Hanun, de la Asociación Saharaui de Víctimas de los Derechos Humanos, varios colonos «sacaron a Lamin del vehículo, lo apuñalaron y lo torturaron. Hanun declaró que en la mañana de ayer decenas de saharauis organizaron una sentada a las puertas de la sede del Gobierno civil para protestar por lo ocurrido y que muchos de ellos decidieron salir de la ciudad para evitar las represalias. Cuando trataron de volver para recoger agua y víveres se encontraron con que «columnas de militares habían bloqueado los accesos». El propio Hanun dijo encontrarse a las afueras y sin posibilidad de volver a casa. «No sé nada de mi mujer y mis tres hijos, que están en el centro. Tengo miedo de que carguen contra mí si trato de volver», añadió.

Marroquíes y saharauis se acusaban ayer mutuamente de haber causado el enfrentamiento para usarlo por «motivos políticos». Lo cierto es que la ausencia de informadores independientes en el Sáhara por la cerrazón informativa impuesta por Rabat hace imposible verificar lo ocurrido.

El ministro marroquí de Información, Jalid Naciri, dijo a Reuters que estos incidentes parecen ser «actos de gamberrismo que pueden ocurrir en cualquier parte del mundo», aunque añadió que «algunas personas podrían estar intentando aprovecharse de estos disturbios para generar inestabilidad (...). No esperamos que los enemigos de la unidad se queden de brazos cruzados».

La agencia oficial de noticias (MAP) confirmó que ya se han detenido a cinco personas relacionadas con lo sucedido. Durante la jornada de ayer, y para tomar control de la situación, el ministro marroquí del Interior, Taieb Cherkaui, viajó a la ciudad junto al jefe de la Seguridad del país.

Esta última ola de violencia, que también se ha saldado con 27 heridos y varios locales comerciales y escuelas incendiadas, es la más grave que asola la ex colonia española desde el desmantelamiento por la fuerza del campamento de Gdaim Izik, a las afueras de El Aaiún. En los enfrentamientos murieron trece personas, once de ellas policías marroquíes. El pasado febrero en Dajla, tras un festival musical, al menos dos marroquíes murieron en choques con saharauis, segun la agencia oficial. La tensa calma que se vivía desde entonces ha vuelto a quebrarse.


EN LA ONU
La batalla diplomática

El Frente Polisario acusó ayer a Marruecos de «distorsionar la realidad» durante la intervención el lunes en la Asamblea General de la ONU del ministro de Exteriores marroquí, Fassi Fibri, que defendió como única solución al conflicto la autonomía del Sáhara Occidental.


Un conflicto que dura más de 30 años después
1976. El Ejército español se retira del Sáhara mientras el Frente Polisario declara la guerra a Marruecos y a Mauritania. Este último país firma la paz con el Polisario en 1979. Saharauis se refugian en la zona argelina de Tinduf.
1988. La ONU aprueba un plan de paz aceptado por Marruecos y el Polisario y dos años después crea la Misión para el Referéndum del Sáhara (Minurso). Se anuncia una consulta para enero de 1992, pero nunca se llega a celebrar.
1997. James Baker es nombrado representante para el Sáhara Occidental. Se fija el 7 de diciembre de 1998 como fecha para el referéndum. En 2000 queda anulado tras los recursos presentados por Marruecos.
2001. La ONU rechaza la autodeterminación y plantea un estatus de autonomía bajo soberanía marroquí. El Polisario y Argelia rechazan el plan. Mohamed VI visita por primera vez el territorio en disputa. En 2002 Kofi Annan propone la división del Sáhara.
2003. Se lanza el nuevo Plan Baker, que prevé que el Sáhara sea una autonomía marroquí durante cuatro o cinco años y, después de ese tiempo, la celebración de un referendum. El Polisario aceptó el plan, pero Marruecos no. En 2004, el Polisario libera a sus últimos prisioneros marroquíes.
2010. El asalto de las Fuerzas de Seguridad a un campamento a las afueras del
Aaiún deja once muertos marroquíes
y dos saharauis. En febrero de 2011 mueren otros dos marroquíes tras un festival de música en Dajla.