Sevilla

Vuelve la polémica de las vísperas

Vuelve la polémica de las vísperas
Vuelve la polémica de las vísperaslarazon

SEVILLA- La hermandad de Pino Montano no ha plantado aún su cruz de guía en la Carrera Oficial pero sí ha dado el primer paso para hacerlo en un futuro no muy lejano. Al menos, eso es lo que pretenden con el anuncio que han hecho ante los miembros del Consejo, «que ya tienen por escrito lo que nosotros queremos», asegura el hermano mayor, Ramón Borreguero, quien si bien no se pone plazos para ello sí asegura que se trata de una de las prioridades de la cofradía. Su posición de cierto sosiego y esperanza contrasta con la que viven los hermanos de La Misión, que se muestran «más que cansados» con el «silencio al que nos tienen sometidos desde hace años».

Estas palabras son de José Carlos Campos, el actual hermano mayor y la voz cantante de una «necesidad plena de nuestra corporación, que tiene los mismos derechos que el resto de hermandades». En declaraciones a LA RAZÓN, asegura que desde que presentaron el expediente en febrero de 2009, en Heliópolis lo único que han recibido ha sido «desesperanza y hartazgo» de unas hermandades a las que reclama «más solidaridad y generosidad». Un colectivo que, a su juicio, no ha hecho otra cosa que cerrarles las puertas de todas las jornadas.

Sabedores del actual modelo de la Semana Santa, pusieron todo el interés en el Martes Santo, un día que no presenta demasiados problemas ante el itinerario que ellos plantean pero que debido a la situación de dos hermandades hace inviable la entrada de una nueva cofradía. El actual sistema, en el que son las hermandades de la jornada las que tienen que decidir por unanimidad una nueva incorporación, no se puede llevar a cabo debido a que San Esteban y el Dulce Nombre están bajo las directrices de un Comisariado, que no tiene capacidad para decidir algo de ese calado. Es la mejor opción «pero la que más problemas nos plantea». Además, Manuel Soria Campos, delegado diocesano de hermandades y cofradías, «ya nos ha dicho que lo de estas dos hermandades va para largo». Sus críticas también se centran en una «especie de Sanedrín en el que hay cofrades, hermanos mayores y otras personalidades que parece que son los encargados de controlar la Semana Santa», argumenta Campos, que lamenta que «todo el mundo me dice que nos van a ayudar, que se está trabajando, pero a la hora de la verdad nada de nada».

Con las elecciones a presidente del Consejo a la vuelta de la esquina, asegura que apoyará «a quién me diga ‘lo vuestro se resolverá'», a lo que añade que las reglas aprobadas por Amigo Vallejo expresan que deben ir a la Catedral, algo más que un «capricho», como «parece que algunos nos quieren hacer ver». Por otro lado, confiesa que es posible que algunas hermandades recién incorporadas hayan provocado una respuesta negativa, pero asevera que «ni nosotros ni ninguna otra cofradía va a pagar los platos rotos de otras hermandades de vísperas».