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Juzgarán en EE UU al fotógrafo que pilló a los Urdangarín por Jesús Mariñas

Juzgarán en EE UU al fotógrafo que pilló a los Urdangarín por Jesús Mariñas
Juzgarán en EE UU al fotógrafo que pilló a los Urdangarín por Jesús Mariñaslarazon

Todo está a punto para enjuiciarlo a finales de mes, cuando acaso las autoridades americanas le devuelvan el material incautado con varias cámaras y objetivos que valora en unos 16.000 euros. Aunque acabamos de festejar la «libertad de expresión e información», lo del compañero Iván –fotógrafo– demuestra lo contrario. Y si ahora cubre las vacaciones turcas de la Duquesa Cayetana y Alfonso, que acaso redescubran la pasión tan remuneradora de Antonio Gala –un abrazo, querido maestro, siempre de pluma afilada y mordaz– al pie del Bósforo, pasmados con esa Capadocia acaso inspiradora de Antonio Gaudí. Iván los sigue y cubre como hacía en Washington, ya con apartamento puesto por su agencia Ep, alternando con otros «compis» la guardia permanente a los Duques de Palma. Amparándose en posible intromisión en su intimidad, lo denunció el gordo escolta americano –que hace el número seis con los tres de la Infanta y los dos puestos por nuestra embajada al todavía Duque a quien Diego Torres acorrala contra las cuerdas– que tampoco están muy felices de su forzado exilio en DF. Los mandan en turnos de 45 renovados periódicamente ante las necesidades familiares de los protectores de una «intimidad» ahora tan difundida, aireada y descubierta con la investigación y las nadas veladas amenazas, que no chantajes, del ex compinche de Iñaki al que tanto creímos cuando alardeó de que declaraba «velando por mi honor y probidad». Hubiera estado mejor callado que alardeando de lo inexistente. Fue puro teatro y tan sólo magnífica estampa, eso no se le discute. Pinta sí que tiene.

Iván, también mantiene turnos de más de un mes en la capital americana. En alguno de ellos recogió la reciente «espantá» amparadora de Doña Sofía, que no da paso sin que tenga registro gráfico. Nuestros compañeros son incansables y resultan inasequibles al tedio, la espera o el acoso al que se ven sometidos, que la vigilancia es recíproca entre unos y otros. Iván suspiró en su día, cuando el caso circuló aunque con dudas y desmentidos, al ser expulsado de Estados Unidos por estar trabajando sin el correspondiente permiso laboral. Logró que le devolviesen el pasaporte y obtuvo la promesa de no ser parado en la frontera en el caso de intentar nueva entrada a los EEUU. Pero se quedaron con el equipo, no cabe duda de que cayó con él, y aseguran que nuestro consulado apenas gestionó nada, queja bastante extendida ante la relativa pasividad de nuestras representaciones mundo adelante que sólo parecen servir como escaparate multiplicador de vanidades. Chencho Arias lo hizo mejor en Naciones Unidas y Los Ángeles que sigue añorando, me lo contó ante Esperanza Aguirre perfectamente trajeado con traje claro de raya diplomática bajo pajarita rosada. Un «gentleman» de exportación y maneras únicas. Ya no se ven diplomáticos de tal porte. Ni fotógrafos con la capacidad de resistir de este Iván cazador de imposibles al que mandamos apoyo, respaldo y abrazos ante lo que se le viene encima a finales de mes. Lo de menos son los 25.000 dólares de fianza, abonados por quien puede y tiene. Su susto no tiene precio.