La premio nobel birmana se reencuentra con su hijo diez años después

Kim Aris, de 33 años, llegaba a las 7.30 de la mañana (2.30 de la madrugada en la España peninsular) al aeropuerto capitalino escoltado por miembros de la Fuerza Aérea birmana. Allí le esperaba su madre, también rodeada por efectivos militares, así como por un nutrido grupo de seguidores que la acompañaron en la espera.

Tras fundirse en un emotivo abrazo, madre e hijo abandonaron el aeropuerto cogidos de la mano para dirigirse a la casa de Suu Kyi. Se desconoce el tiempo que Kim Aris pasará en Birmania, aunque se espera que sea una estancia duradera, debido a los problemas que ha tenido para que la junta militar le concediera el visado de entrada al país.

La anterior reunión de Suu Kyi con sus hijos, Kim Aris y Alexander, se produjo en el año 2000, cuando ambos pasaron cerca de dos semanas junto a su madre, según informaron fuentes cercanas a la familia citadas por la cadena estadounidense CNN.

La Premio Nobel de la Paz fue liberada el pasado 13 de noviembre después de pasar 20 años recluida, tanto en prisión como en su domicilio, al encadenar varias sentencias inculpatorias, la mayoría de ellas, fundamentadas en su oposición al régimen birmano.