España

Hubo justicia en el Calderón por Julián García Candau

La Razón
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El juego de la Selección tiene denominación de origen y no puede cambiar su etiqueta. Ha de jugar a su ritmo, con paciencia hasta encontrar el momento oportuno para marcar. Así ocurrió anoche, una vez más. Hubo que esperar 25 minutos para que Sergio Ramos rematara de cabeza un córner, el balón daba en el poste, remataba Pedro y el balón, trompicado, caía de nuevo en poder de Ramos y se conseguía ventaja.
El juego por los extremos no forma parte del ADN de «La Roja» y, sin embargo, los momentos más emotivos, las llegadas con más posibilidades para el gol, llegaron por las bandas. Especialmente por la rapidez de la pareja Pedro-Jordi Alba. Cuando Juanfran suplió al lesionado Arbeloa también la banda derecha tuvo protagonismo. No obstante, Francia dominó la segunda mitad y logró justo empate.
El árbitro no concedió un gol aparentemente legal a Francia y el claro penalti que le hicieron a Pedro lo desaprovechó Cesc, que le enseñó el disparo a Lloris. España no supo cerrar el resultado, en la segunda parte dejó de poseer el balón y hubo varias ocasiones en que se temió el empate. La zona media española no trabó a los centrocampistas galos y Benzema y Ribery crearon serios problemas a la zaga. El equipo español acabó con angustia.
Francia demostró que España es vulnerable. Deschamps se habría ido de Madrid maldiciendo la derrota. El empate hizo justicia. No fue la mejor noche de algunos jugadores españoles. Xavi desaprovechó ocasión clara de gol e Iniesta no está en forma. Busquets es más importante en el centro del campo que en la defensa.