Sales de baño y ambientadores para «colocarse»

Madrid- Hablamos de una serie de sustancias emergentes que, en principio, no pueden ser prohibidas al tener un uso lícito, lo que provoca problemas legales. Una de las drogas de laboratorio más nombradas y letales de los últimos tiempos –provocó varias muertes en Gran Bretaña– es la mefedrona, un fertilizante que fue fiscalizado el año pasado pero que, originalmente, se utiliza como abono. Lo mismo ocurre con la ketamina, un anestésico para animales corriente en la industria veterinaria que, poco a poco, se ha ido haciendo un hueco como droga de laboratorio.
Sin embargo, hay quien puede recurrir a productos todavía más insospechados, como son los ambientadores y las sales de baño, tal como reconoció ayer el Plan Nacional sobre Drogas. Nuria Espí recordó que el consumo de estas sustancias puede tener consecuencias «letales» en el consumidor. Un ejemplo de estas nuevas drogas sería también el «Spice»,
sustancia en principio con propiedades aromáticas que no deja de ser un cannabinoide sintético, es decir, mezcla de cannabis con componentes químicos que, en teoría, potencia los efectos alucinógenos.
La Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas apunta a que los porcentajes de consumo son bajos en nuestro país, pues su prevalencia no llega al 1 por ciento de la población. Con todo, y a finales de este semestre, el Ministerio de Sanidad incluirá por primera vez en su encuesta ESTUDES, destinada a jóvenes de entre 14 y 18 años, preguntas directas sobre el consumo de estas drogas emergentes.
El Plan presentará además en los próximos días el estudio de una comisión médica que analiza el efecto en el organismo de estas sustancias.