Pensiones
Los ricos
Rubalcaba dice tener cientos de ideas nuevas y maravillosas para salir de la crisis, pero no sólo es extraño que no se le hayan ocurrido antes sino que se materialicen en la misma, machacona y demagógica idea de siempre de que «paguen los ricos».
Y es que los ricos –los verdaderos ricos– no van a pagar nunca la crisis, ni con gobiernos populares ni con gobiernos socialistas, pues para eso sirve la riqueza, para tener al alcance todas las posibilidades de irse con el dinero a otra parte en caso de que Rubalcaba, o cualquier otro, quiera meter mano a las sicavs, esas famosas cajas fuertes que, además, son «portátiles» y aptas para el rápido cambio de patria.
Lo que Rubalcaba va a hacer recuperando el Impuesto sobre el Patrimonio, derogado por el propio Zapatero en 2008, es penalizar el ahorro de las clases medias y castigar a quien compró una propiedad con el trabajo de toda su vida. Porque quien posee esa propiedad ya pagó impuestos cuando trabajaba y sólo por trabajar; ya pagó cuando ganaba su sueldo y sólo por ganarlo; ya pagó cuando compró ese patrimonio y sólo por comprarlo.
Hay otros caminos de recaudación aparte de la demagogia. Uno de ellos sería el reciclaje de funcionarios para perseguir el fraude fiscal en un país en el que la economía sumergida viene a ser el 25 por ciento del Producto Interior Bruto.
Los contribuyentes del Impuesto sobre el Patrimonio que había en España en 2007 rondaban la cifra del millón. En España no hay un millón de ricos. A no ser que se llame de ese modo al propio Rubalcaba, cuyo patrimonio declarado llega al millón de euros. A no ser que, cuando Rubalcaba arremete contra los ricos, esté rogando a los electores que no le voten a él.
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