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Noruega

Breivik cerca del psiquiátrico

n La Fiscalía cree que no es penalmente responsable de los atentados . n Tras diez semanas, hoy termina el juicio y habrá sentencia en julio o agosto 

Breivik cerca del psiquiátrico larazon

Anders Breivik pasó de la sonrisa a la mueca ayer al escuchar la petición de la Fiscalía noruega de declararlo «mentalmente enfermo» e ingresarlo en un centro psiquiátrico. Después de los contradictorios informes psiquiátricos que se le han practicado a lo largo del proceso judicial, la Fiscalía decidió declararlo «no culpable penalmente», aún cuando consideran que en el momento de perpetrar los atentados Breivik no se encontraba en estado psicótico. El fiscal Svein Holden explicó durante su intervención, emitida en directo por la televisión noruega, que aunque existen dudas tras los resultados de los exámenes, la Fiscalía basó su decisión en que «es peor condenar a un psicótico a la cárcel, que a un no psicótico a un tratamiento psiquiátrico».

En caso de duda, aseguró, se debe beneficiar al acusado. Sin embargo, la opinión de los fiscales no es compartida por tres de cada cuatro noruegos, que consideran que el culpable de los atentados del 22 de julio de 2011 está en perfecto estado mental y debe cumplir su condena en la cárcel, según una encuesta presentada por la cadena televisiva NRK. La Fiscalía, por su parte, insiste en que es difícil objetar el primer informe psiquiátrico que señala los delirios de grandeza que mostró Breivik ante los psiquiatras, lo que refuerza el diagnóstico de una «supuesta paranoia». Ese primer informe, que cuenta además con el aval de la Comisión Médica Forense, habla del «delirio» de Breivik al creer que «debe salvar al mundo y que él decide quién debe morir». Todo esto complementado con la tenacidad con la que el acusado defendió la existencia de la red terrorista de los «Caballeros Templarios», y que fue contactado en 2002 por un criminal de guerra serbio que vivía en Liberia para formar parte de una selecta red nacionalista europea, lleva a pensar a los expertos que Breivik padece algún tipo de enfermedad mental. Además, la forma «impasible» con que el acusado describió cómo llevó a cabo la matanza reforzó la opinión de la Fiscalía. «Describió sin remordimientos cómo esos jóvenes imploraron por sus vidas y cómo les disparó en la cabeza para asegurarse de que estaban muertos», comentó la fiscal Inga Bejer Engh a la salida del Tribunal en Oslo.
La conclusiones de la Fiscalía incluyen que, en caso de que el Tribunal considere que hay dudas suficientes sobre la responsabilidad penal de Breivik, se le imponga una custodia legal de 21 años, equivalente a una condena de cadena perpetua en Noruega.

Al finalizar la audiencia de ayer, Breivik siguió sonriente, saludó con el brazo derecho extendido y el puño cerrado, igual que ya hizo al comienzo del juicio. El acusado tendrá una última oportunidad de dirigirse al jurado hoy, cuando dé su declaración final. Después, no será hasta el 20 de julio o 24 agosto cuando se conocerá la sentencia del juicio contra el autor de la matanza de 77 personas en Noruega. Breivik ha dicho en ocasiones anteriores que de ser declarado «enfermo mental», recurrirá la decisión, ya que se considera responsable penalmente de los atentados en Oslo y en la isla de Utoya. El diagnóstico de «inestabilidad mental», dijo en una carta que hizo pública, es un castigo «peor que la muerte», por eso ha evitado a toda costa una sentencia de «paranoico» y ser confinado a un centro psiquiátrico. En aquella extensa misiva, de 38 páginas, Breivik admitió que una sentencia así sería «como una última humillación. Enviar a un activista político a un hospital psiquiátrico es más sádico y más malvado que matarlo», escribió.

Y es que Breivik asegura ser un «activista político que actuó por una causa». Durante sus intervenciones en el juicio, que se ha prolongado por espacio de diez semanas, aseguró haber actuado en «defensa propia». Según sus propias palabras, cometió la matanza para «defender a Noruega de la invasión islamista». De manera que la posibilidad de ser declarado enfermo mental causa un enorme rechazo en el asesino de Utoya. En una de sus declaraciones pidió al juez «eliminar a todos los psiquiatras que van a testificar». «Este caso trata exclusivamente de extremismo político, no de psiquiatría», afirmó Breivik.

Dos años de preparativos
Según las investigaciones de la Fiscalía, Breivik vivió de forma normal hasta 2006. En ese año se fue a vivir con su madre para ahorrar dinero y tomarse un año sabático con un juego de rol bélico, antes de centrarse en la elaboración de su «manifiesto ideológico», y pasó así al aislamiento social. En 2009 empezó a planear los terribles atentados por los que se enfrenta a dos cargos por terrorismo, distintos pero unidos por 77 homicidios premeditados realizados «en circunstancias agravantes», además de varios intentos de homicidio.

Un año de dolor en el país de la calma
Noruega trata aún de sobreponerse a lo ocurrido el 22 de julio de 2011. Aquel día, el país de los fiordos, de la gente tranquila y de las calles seguras, vivió la jornada más sangrienta y dolorosa que recuerda. La conmoción y el impacto tras la matanza cometida por Anders Breivik dieron paso a una rabia serena y a un comportamiento ejemplar por parte de los noruegos, que no han querido permitir al asesino de Utoya que les cambie su tranquilo estilo de vida.