Bogotá
Santos coloca el fin de las FARC como su prioridad
Durante su primera declaración como presidente electo de Colombia, destaca que «a la narcoguerrilla se le acabó el tiempo»
Las urnas confirmaron que los colombianos desean seguir con las exitosas medidas del mandatario Álvaro Uribe pero también avanzar hacia un nuevo horizonte, guiados por el presidente electo, Juan Manuel Santos.El sucesor de Uribe ha manifestado que continuará en la lucha frontal contra la guerrilla. «A las FARC y a los violentos se les acabó el tiempo (…) Hemos sido contundentes contra los terroristas y los narcotraficantes, y lo seremos todavía», advirtió ante sus seguidores en el Coliseo cubierto de Bogotá.Santos ya se ha mostrado partidario de la reforma con la que el actual Gobierno pretende blindar judicialmente al Ejército colombiano. Sin embargo todavía no aclaró, como pretende conjugar esta medida con su promesa de dotar de mayor transparencia y legalidad las operaciones militares. En el modelo legal también habrá continuismo, pero matizado con reformas y orientado a pasar la página de la confrontación entre el Ejecutivo y el poder Judicial. A este respecto Santos además, dejó claro que «no puede haber un divorcio entre el Ejecutivo y la rama judicial» y aseguró que se propone restablecer el diálogo entre el Gobierno y los jueces. Por esto, anunció que buscará una reunión con las altas cortes para trazar una hoja de ruta, con el objetivo de mejorar las relaciones entre ambos poderes.La relación entre la Corte Suprema y el Gobierno del mandatario Álvaro Uribe ha sido bastante tensa en los últimos años. En un tono conciliador, Santos le ofreció a los jueces «respeto, colaboración y autonomía», ypidió «imparcialidad y prontitud en sus decisiones».Combatir la pobrezaPero sobre todas las cosas el gran objetivo de Santos es dar ese gran salto al desarrollo, hacia un nivel superior de bienestar, lo que le implicaría cumplir su promesa de dar por lo menos un trabajo formal a cada familia y sacar de la pobreza a siete millones de colombianos y de la indigencia a otros cuatro millones. Así lo dijo en una entrevista a LA RAZÓN, «Uribe será recordado como el presidente de la seguridad democrática, yo quiero ser recordado como el presidente que dio trabajo a todos los colombianos».Y es que pese a un crecimiento económico sostenido a lo largo de ocho años de uribismo, el 45% de los colombianos están por debajo de la línea de pobreza y el país tiene los más altos índices de desempleo de Iberoamérica.En lo internacional, pretende recomponer las resquebrajadas relaciones con el vecindario –Venezuela y Ecuador–, apelando a la diplomacia y a «estrategias nacionales y regionales» para construir una zona más unida, solidaria y segura. n sus primeras palabras como presidente electo Santos llamó a sus vecinos a trabajar juntos, pero podría recibir portazos de Hugo Chávez y Rafael Correa, países con los que mantuvo tensas relaciones cuando fue ministro de Defensa del actual Gobierno.Expertos coincidieron en que recomponer esas relaciones es crucial para desarrollar el comercio y la seguridad regional, debido a que por las fronteras con Venezuela y Ecuador no sólo pasan productos agropecuarios, químicos e industriales, sino drogas ilícitas, armas y delincuencia.Por su parte, el ex canciller colombiano Guillermo Fernández dijo a este periódico que «hay que administrar las dificultades (con Venezuela) y encontrar la manera de reactivar, sobre la base de unos mínimos consensos, los mecanismos binacionales que en los últimos años no han funcionado».Las agrias relaciones con Venezuela trascendieron al ámbito económico, después de que Chávez ordenase congelar el comercio con Colombia, lo que le restará más de un punto al crecimiento del PIB. La alianza con Chávez, aunque incómoda, es valiosa para las arcas colombianas.
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