Europa

Bruselas

Y ahora qué por Josef Janning

La Razón
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l Hasta ahora Grecia ha sido la pesadilla de Europa. ¿Está de acuerdo?
–Grecia es un problema real, y es un problema más grande que su deuda. La desconfianza hacia lo público es clave en la crisis actual. Otros países con una deuda masiva, incluida Alemania, también tienen un problema. Todos ellos comparten la falta de voluntad para trazar conclusiones acertadas sobre su pérdida de soberanía fiscal: unirse más para salir de la crisis. Europa debería ser la respuesta a los problemas actuales si los líderes europeos se atrevieran a pensar en los europeos.

l Es razonable pensar que Bruselas o Frankfurt van a relajar las condiciones del rescate a Grecia?
–Lo más seguro es que muestren cierta flexibilidad en los plazos y los términos del memorándum si finalmente se constituye un gobierno respaldado por una clara mayoría. Grecia se ha comprometido con los acuerdos de la UE.

l ¿Qué tiene que hacer Merkel para que la crisis se resuelva de una manera más eficiente?
–La canciller Angela Merkel es consciente del potencial que tendría una integración más profunda para abordar la crisis. Pero también cree que la sociedad alemana no le seguirá por este camino. Transferir soberanía a Bruselas requeriría un cambio constitucional y quizá también un referéndum en Alemania y otros países. Las probabilidades de que éstos fracasaran son muy altas. Por eso, la comunicación política de Merkel y sus colegas en el Consejo Europeo tiene que convertirse en algo más abierto y honesto.

 l ¿Cuál es el papel en esta crisis del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, del presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso?
–Las cabezas visibles de la Unión Europea tienen el mandato de resolver varios asuntos en un plazo medio. El principal de todos ellos es articular el traspaso gradual de poder de los Estados miembros a las instituciones europeas. También deben identificar caminos para lograr una mayor integración entre los Veintisiete dentro del marco de los actuales tratados. De esta forma las ideas y las propuestas no estarán vinculadas a un jefe de Estado particular o a un Gobierno concreto de Europa, lo que evitaría o por lo menos haría más complicado que fueran criticados una vez que se hubieran puesto en común con todos los Estados miembros.

 

Josef Janning
Dir. de European Policy Center, en Bruselas