Bruselas

Ser universitario en nuestro país es la mitad de rentable que en la UE

El 45% de los jóvenes trabaja en puestos de menor cualificación, según la OCDE 

La secretaria de Estado de Educación y FP, Eva Almunia
La secretaria de Estado de Educación y FP, Eva Almunialarazon

El vínculo entre el mercado laboral y la enseñanza superior en España es «disfuncional». Que el vendaval de la crisis económica haya dejado en las filas de parados más de un 40 por ciento de desempleo juvenil da buena prueba de ello. Y ayer, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico lo dejó bien claro en varias ocasiones al desgranar su informe sobre la educación de este año, que presentó en varias ciudades europeas, entre ellas Bruselas.

 

En la capital comunitaria, la directora de Educación de la OCDE, Barbara Ischinger, indicó que, a pesar de valorar el aumento de alumnos de la educación superior en nuestro país, la economía española «no ha desarrollado todavía los trabajos que requieren esas habilidades» de los alumnos.

 


Se necesitan reformas

 

La consecuencia es que existe «un problema de adecuación entre los trabajos y la formación», resalta la Organización. Según las estadísticas, el 45 por ciento de los españoles que cuentan con una formación superior termina en empleos que requieren un menor nivel educativo, doblando la media de la OCDE, que se sitúa en el 23 por ciento, según indicó uno de sus técnicos en la rueda de prensa celebrada en la Comisión Europea.

 

Por esta razón, nuestro país es uno de los que menos se beneficia de sus estudiantes superiores, tan sólo superado por Turquía y Corea. Si en el conjunto de la veintena de países de la organización, el beneficio neto para el país que aporta cada trabajador con formación universitaria (la diferencia entre la inversión pública y el beneficio que devuelve a la economía nacional) alcanza los 86.404 euros, en España apenas llega a los 26.808 euros.

 

Desde la OCDE opinan que se necesitan «reformas» para cambiar esta situación, como una «mejora de la comunicación» entre las universidades y la empresa privada. En opinión de Ischinger, España necesita «más representación del sector privado en los consejos directivos de las universidades para desarrollar los perfiles curriculares que se precisen en el futuro».

 

Es esta la manera de que el riesgo de masificación que la Organización localiza en algunos países que han visto despegar su formación superior en las últimas tres décadas, como Francia, Bélgica o España, se convierta en una ventaja y no en una razón que dispare las tasas de desempleo juvenil y, en el caso español, reste atractivo a la posesión de un título superior.

 

El turno de la ESO

 

La UE cuenta con su propia agencia en Tesalónica (Grecia) para estudiar las necesidades del mercado laboral del futuro y facilitar así el paso de los recién licenciados a su primer empleo.

 

Tras la crítica a esta pasarela entre el mercado laboral y la enseñanza superior, llegará la radiografía a la educación secundaria a través de la nueva edición del informe PISA. Fuentes de la OCDE comentaron que presentarán el próximo 7 de diciembre las conclusiones de su estudio trienal, con algunos borradores, pero que mantendrán en estricto secreto el nuevo informe hasta el día de la publicación.