Los caros gustos de la duquesa

A pesar de que la princesa ha dicho en numerosas ocasiones que no le gusta ser vista como un icono de moda, lo cierto es que últimamente se decanta por las grandes firmas cuando acude a alguna cita de su agenda como miembro de la Familia Real británica.

Y es que aunque lo mezcle con marcas de andar por casa, lo cierto es que la duquesa está desarrollando un gusto por lo caro que ya empieza a ser criticado: si en su fiesta de compromiso lucía un sencillo vestido de Reiss, lo acompañaba con un imponente «clutch» de Anya Hindmarch.
En la gala de los BAFTA, donde volvió a elegir al inglés McQueen con un vestido largo en gris perla –dicen que estará eternamente agradecida porque esa prestigiosa casa la vistiera en el día más importante de su vida-, se subía a unas sandalias plateadas de Jimmy Choo con «clutch» a juego. Y es que aunque suele escoger firmas inglesas, lo cierto es que la sencilla chica que vestía de Zara está quedándose rápidamente atrás. El «D-Bag» de Tod's (llamado así por la princesa Diana de Gales), las botas de Penelope Chilvers, los vestidos de Temperley London, los bolsos de Mulberry y Prada, su reciente vuelo a Canadá taconeando sobre unos Manolo Blahnik... Aunque todavía no alcanza las cotas de Rania de Jordania, a quien rara vez se la ve con un vestido que no sea de alta costura de Elie Saab o Chanel, lo cierto es que los gustos de Kate están evolucionando vertiginosamente hacia las firmas más caras y exclusivas. Y es que el conjunto de McQueen contaba con nada más y nada menos que 17 botones de oro. Para poner el broche de oro al lujoso conjunto, la mujer del príncipe William decidió calzarse unos zapatos de Prada.
Su hermana Pippa ya se apunta a la moda de vestir las firmas más caras. ¿Veremos próximamente a la duquesa vestida de alta costura?