Bruselas
Sin noticias de cambios en Cuba
Era la primera vez que Raúl Castro se refefería a los disidentes políticos. Lo hizo en su discurso durante la Asamblea Nacional. El presidente cubano los tachó de «reclusos contrarrevolucionarios» y, además de criticar a los medios internacionales, Castro advirtió de que «no habrá impunidad para los enemigos de la patria».
Éste es el Raúl Castro de los cambios, el de la nueva era de aperturismo y por el que, según el ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, la UE y EE UU estarían revisando su posición respecto a la isla.
Desde la oficina de la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, aseguraron a LA RAZÓN que están observando los pasos que da Cuba. «Cuando liberaron a los 52 presos políticos decidimos examinar nuestra postura respecto a la isla, pero no será hasta finales de septiembre, principios de octubre, cuando se tome una decisión que será unánime y conjunta», explican desde Bruselas. Con EE UU, fue el propio presidente cubano el que analizó la situación: «En esencia, nada ha cambiado».
Pese a que el domingo en el Parlamento se habló de «actualización del modelo cubano», apertura de nuevos negocios privados y reducción del empleo estatal, lo cierto es que Castro se encargó de recordar que la unidad de la Revolución es «hoy más sólida que nunca» y reafirmó que el carácter socialista del sistema político y social de Cuba es «irrevocable».
En palabras de la bloguera cubana Yoani Sánchez, «en su discurso no hubo un compromiso de eliminar restricciones migratorias, de asociación, ni de libertad de expresión». Es decir, salvo que Castro gestionará ahora la turística localidad de Varadero, no hay ningún cambio profundo. La comunidad internacional aplaudió el mes pasado la liberación gradual de los 52 disidentes encarcelados. Sin embargo, para el mandatario se trata de delincuentes, ya que todos habían cometido delitos sancionados en nuestras leyes». Y fue más allá: «Ninguno fue condenado por sus ideas, como han tratado de hacer ver las brutales campañas de descrédito contra Cuba en diferentes regiones del mundo». Y justificó las liberaciones ya que la Revolución también «es generosa porque es fuerte. Su fuerza radica en el apoyo mayoritario del pueblo que ha sabido resistir tantos años de agresiones y sacrificios».
De agresiones y hostigamiento sabe mucho Reina Luisa Tamayo, la madre del preso político que murió en febrero. Todos los domingos, al salir de misa grita «Zapata vive» tres veces. Según cuenta, siempre la insultan e increpan, pero este domingo también recibió golpes. «Más de 700 personas, incluidas las fuerzas de seguridad de Banés, Holguín, nos asediaron.
Me duelen mucho las piernas de los empujones que me dieron», reconoce Tamayo, para quien meter a su hijo en el mismo saco de los delincuentes comunes es una barbaridad. «Los Castro sólo se preocupan de su imagen en el exterior y no de los propios cubanos».
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