Atenas
Piragüismo / Cal todo por un sueño
El palista gallego aspira desde hoy a conseguir su quinta medalla olímpica para superar a Llaneras y a Arantxa. «Me lo juego a una carta», dice David
LONDRES- Sobre aquellos deportistas, no necesariamente nadadores, cuyo carril de circulación es el agua, abundaba una leyenda que les condenaba al reúma de por vida.«Afortunadamente no es cierto –aclara Herminio Menéndez, piragüista, triple medallista olímpico–. Tengo 58 años y ni un síntoma de reumatismo. Pero, como dice un amigo mío, ‘‘si cumplidos los 50 te despiertas y no te duele nada, es que estás muerto''. Pero reumático, no». David Cal, el mejor canoísta español de la historia, 29 años, no ofrece rastro alguno y sí, por el contrario, una salud de hierro y una mentalidad ganadora a prueba de viento de costado, tanto rival como Attila.
David intentará cumplir a partir de hoy el sueño que tuvo nada más colgarse dos medallas de plata en Pekín 2008: «En Londres, ir a por la quinta (tiene otras dos de Atenas, oro y plata)». Si lo consiguiera, sería el deportista olímpico español más laureado, superaría las cuatro preseas de Joan Llaneras y Arantxa Sánchez-Vicario. Pero sabe que el reto es complicado. Hoy competirá en la segunda serie eliminatoria, contra el alemán Brendel (rival para el podio), el mexicano Cristóbal, el canadiense Oldershaw, el polaco Kuleta y el angoleño Pacavira. Pasan 5, no debería tener problemas; aunque hay un imponderable, el viento de frente y de costado que a él, como es zurdo le perjudica, y beneficia a los diestros. El canal de Eton Dorney es la trampa que le tienen preparada; mas no le sorprenderá. Conoce las dificultades desde 2009, y sabe que con ese viento y el agua fría sus posibilidades disminuyen.
Contrarresta ese factor negativo con una moral extraordinaria, «la quinta medalla es mi gasolina», ha dicho, y con una condición física excelente: «Tengo mejores sensaciones que hace cuatro años», declara. «En los entrenamientos, los tiempos son mejores que los que obteníamos cuando nos preparábamos para Pekín». Lo que pide es que le salga bien la primera eliminatoria para evitar a los cabezas de serie en la segunda.
En este ciclo olímpico de cuatro años, lo que solía llamarse Olimpiada, David Cal se ha entrenado a razón de 25 horas semanales, 1.250 al año, tiempo en que ha recorrido en su canoa 3.500 kilómetros anuales, taladrando el agua con la pala 70 veces por minuto. El lugar escogido para el entrenamiento, Cervo, en la provincia de Lugo, en un paraje donde su entrenador Suso Morlán tuvo que defenderse de los ecologistas. Sí, en la zona había un ave que se resistía a poner huevos porque la voz de Suso en el megáfono, dando órdenes a David, invadía su intimidad…
Morlán, no obstante, está satisfecho con el trabajo realizado, «que está por encima del talento», suele decir. Su pupilo, exclusivo desde 2007, es un profesional del piragüismo, no regatea horas al entrenamiento y va a luchar con todas sus fuerzas por la quinta medalla.
Y no será Cal el único español en el C1 1.000; Paco Cubelos, 19 años, de Talavera de la Reina, que fue bronce en Zagreb y campeón del mundo júnior (2009), también tiene una cita con la historia, aunque la suya sólo está a punto de empezar.
Cuidado con Attila
El máximo rival es el húngaro Attila Vajda, actual campeón mundial y olímpico. David es el subcampeón (2008 y 2011) y no le preocupa que en los europeos de Zagreb del pasado mes de junio no pudiera pasar de la quinta plaza, debido al maldito viento de lado.
Dos preseas en Atenas y dos, en Pekín
En 2004 (Atenas) saltó al estrellato con un oro y una plata. Cuatro años más tarde, en Pekín, logró dos medallas de plata. Ahora sueña con el oro
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