Caso Bárcenas

DSK libertad con cargos

Cambio dramático en el caso Strauss-Khan: la fiscalía no cree la declaración de la camarera. La guineana mintió varias veces al jurado sobre los hechos

Imagen de archivo de Strauss-Khan en una de las vistas ante el juez
Imagen de archivo de Strauss-Khan en una de las vistas ante el juezlarazon

Nueva york- Benjamin Brafman, el abogado del ex dirigente del Fondo Monetario Internacional Dominique Strauss-Kahn, ya lo advirtió inmediatamente después de asumir el caso en el que está acusado de agresión sexual e intento de violación, entre otros cargos: «La guerra acaba de empezar». Y ayer ganó una gran batalla con la puesta en libertad provisional de Strauss-Kahn. El juez levantó su arresto domiciliario después de que el fiscal admitiera sus dudas sobre el testimonio de la supuesta víctima. Aun así, las acusaciones criminales contra el francés no han sido desestimadas. Su próxima cita ante el juez y las cámaras de televisión será el 18 de julio.

«Entiendo que las circunstancias de este caso han cambiado sustancialmente y estoy de acuerdo en que el riesgo de que huya ha disminuido. Libero al señor Strauss-Kahn bajo su palabra», indicó el juez Michael Obus después de que la acusación y defensa se reuniesen el jueves por la noche como consecuencia de las nuevas revelaciones acerca de la supuesta víctima, la camarera del hotel Sofitel de Nueva York.

El resultado es que se le devolverá a DSK el millón de dólares de fianza y los cinco millones de aval que había entregado a cambio de su libertad bajo arresto domiciliario. También podrá abandonar el apartamento de TriBeCa, donde ha vivido durante las últimas semanas, que le ha costado 50.000 dólares mensuales. Además, ya no necesitará al equipo de seguridad que había tenido que contratar para que le vigilase. En la audiencia celebrada ayer, que apenas se prolongó durante quince minutos, el juez accedió a levantar la orden de arresto domiciliario y retirarle la cadena electrónica para seguir los movimientos del galo, pero la fiscalía retendrá su pasaporte.

La profesora de Derecho de la Universidad de Nueva York, Rachel Barkow, ya lo adelantó a LA RAZÓN «va a ser un proceso muy largo» con muchas sorpresas y giros. Debido a la dificultad de probar una violación sexual, gran parte del caso dependerá de las habilidades de cada representante legal para desacreditar a la otra parte y hacer de su representado un buen samaritano.

En este sentido, ayer fue un mal día para la acusación: la asistente del fiscal del distrito, Joan Illuzzi-Orbon, indicó que habían «accedido a cambiar las condiciones de libertad bajo fianza del francés ya que también se había modificado la solidez de los cargos contra Strauss-Kahn». En otras palabras, ya no están tan seguros de que el testimonio de la víctima sea una prueba suficiente y contundente para condenarle. Han averiguado que mintió en su petición de asilo en EE UU cuando aseguró haber sido violada. También se inventó su declaración con ayuda de un amigo, no dijo la verdad en la declaración de sus ingresos para optar a una casa de régimen especial en El Bronx y declaró que el hijo de una amiga era suyo para que Hacienda le devolviese más dinero. Illuzzi-Orbon indicó que no hay intención de levantar los cargos, ya que hay suficientes pruebas de que hubo un encuentro sexual en la habitación del hotel. Pero la defensa nunca ha dicho lo contrario. Brafman, que siempre ha alegado que hubo relación sexual consentida, indicó ayer que «hemos dado un paso de gigante».
Cinco móviles diferentes

La fiscalía también ha averiguado que la supuesta víctima habló por teléfono en una conversación grabada con un hombre que está en la cárcel –por posesión de casi 200 kilogramos de marihuana– sobre cómo sacar provecho de Strauss-Kahn el día que estuvo con el francés. El prisionero, junto con otras personas, ha hecho diferentes depósitos en la cuenta de la supuesta víctima que, en conjunto, sumarían 100.000 dólares. Las operaciones se hicieron desde los estados de Arizona, Georgia, Nueva York y Pensilvania.

Por último, los investigadores también han averiguado que la supuesta víctima había pagado cientos de dólares cada mes en cargos telefónicos a cinco compañías diferentes, a pesar de que ella ha insistido en que sólo tiene un teléfono.


El abogado mágico
Ben Brafman es un abogado especializado en casos criminales. Sobre todo es experto en clientes famosos y en tratar con los medios de comunicación. En su campo es una celebridad, sobre todo después de conseguir el veredicto de no culpable para el rapero «P. Diddy» en un caso de posesión ilegal de armas y soborno en un incidente público con más de cien testigos.