Crisis del PSOE

El PSOE opta por el «dedazo» y designa al «temido» Rubalcaba

Zapatero se aferra a la secretaría general y no cederá el poder orgánico. El debate de ideas se salva con una conferencia política. No habrá congreso. Presenta al vicepresidente como «el mejor candidato» y Blanco como «el que más temen nuestros adversarios»> Rubalcaba vs Chacón: «El Gobierno sí es estable»

«Pensar con la cabeza y no con las vísceras». Con esta declaración del secretario general de los socialistas extremeños arrancaba la reunión que Zapatero convocó ayer en la calle Ferraz con los barones del PSOE para cerrar las heridas abiertas tras la hecatombe del 22-M, poner orden en el debate sucesorio y establecer un calendario para elegir candidato a las elecciones generales que se celebrarán, salvo adelanto, en marzo de 2012.
 
¿Resultado? Lo esperado: Alfredo Pérez Rubalcaba será el próximo cartel electoral del PSOE, como quería la inmensa mayoría del partido. Y lo será, casi seguro, sin tener que medirse con ningún otro compañero en unas elecciones primarias, porque después de la retirada de Carmen Chacón no se espera que aparezca en el escenario ningún otro arrojado. De ser así, el vicepresidente primero será proclamado el próximo 18 de junio. Y si alguien osa dar un paso al frente, la votación sería el 26. Es probable que el vicepresidente anuncie hoy en el Comité Federal que acepta la candidatura.


Querido y temido
«Es el candidato que más quiere nuestra gente, el que más temen nuestros adversarios, el mejor para asumir la presidencia del Gobierno y el mejor para dar respuesta a los desafíos del conjunto de los españoles». Así glosó su figura el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, al término del cónclave en el que por unanimidad los 17 barones socialistas aclamaron a Rubalcaba como próximo candidato a las generales, después de que Zapatero así lo propusiera. Sí, han leído bien, la propuesta salió del presidente del Gobierno y la avalaron los 17, uno tras otro, incluidos Tomás Gómez, José Montilla, José Antonio Griñán y José María Barreda, que habían manifestado su preferencia por la ministra de Defensa, y en el cónclave de ayer se sumaron a la mayoría. Claro que igual que estos callaron sobre Chacón, la democracia interna, las primarias y el raca-raca de los últimos días, también lo hizo el vasco Patxi López sobre su petición de celebrar un congreso extraordinario para revisar el ideario socialista. El debate de ideas se saldará con una Conferencia Política que tendrá lugar a principios del próximo septiembre. Lo que no quedó claro con la comparecencia de Blanco es si la fórmula para la reflexión ideológica partió del lehendakari o del presidente del Gobierno, aunque todo indica que fue una especie de entente cordial pactada entre ambos en un encuentro previo a la cumbre.

Recapitulemos, pues, para no perdernos en la madeja del socialismo de los últimos días. Uno: el candidato será Rubalcaba y el procedimiento unas primarias que algunos creen de «mentirijilla». Dos: el obligado debate ideológico no será en un congreso, como habían pedido diferentes voces del PSOE, sino en una Conferencia Política. Tres: no habrá cónclave federal ni ordinario ni extraordinario hasta después de las elecciones generales. Porque, y esto sí lo enfatizó Blanco, es el deseo del secretario general del PSOE. Traducción: Zapatero se resiste a perder el poder orgánico, el mando; y se aferra a la secretaría general para arbitrar el postzapaterismo. Rubalcaba irá, pues, de candidato sin tener el control del PSOE y estará obligado a cohabitar con una dirección federal en la que no todos hoy están de su parte. Y eso que si algo se buscó ayer con el cónclave de barones fue escenificar una unidad en la que pocos creen.

Tras el órdago de Patxi López de esta semana todo ha cambiado para un Zapatero que dirigió el partido durante diez años con mano de hierro sin que nadie rechistara. Cuando el lehendakari pidió tras la derrota del 22-M un congreso estaba poniendo fecha de caducidad al secretario general y de paso le señalaba como el gran responsable de la debacle. No fue el único. ¿Injusto para alguien que dió tantos éxitos electorales y en tan poco tiempo para el PSOE? Es probable. Pero así es la política. Y Zapatero se irá de La Moncloa con el repudio social, pero también de los suyos. La misma autoridad que perdió hace meses en la calle, la ha perdido también en su partido. El futuro inmediato es ya de Pérez Rubalcaba.


La foto del pasado
«Buscando fórmulas para dar las mejores respuestas». Es el comentario que seguía a la fotografía que Patxi López colgó en su «tweet» mientras en las calle Ferraz se celebraba la cumbre de barones. La imagen, reveladora, donde las haya, muestra a un presidente cabizbajo que abandona la sala mientras los demás prosiguen el cónclave sentado en torno a una mesa de reuniones. Nada más ilustrativo de que en el PSOE todo ha cambiado tras el resultado del 22-M y que Zapatero ya no manda. Ya es pasado.