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El enigma de Amy

El forense no determina la causa de la muerte y su médico afirma que su salud no era mala. La Policía tampoco halla drogas en el domicilio.

Los padres de Amy Winehouse, Janis y Mitch, ayer, frente al domicilio de su hija en Camden
Los padres de Amy Winehouse, Janis y Mitch, ayer, frente al domicilio de su hija en Camdenlarazon

Como corresponde al legado de una auténtica diva, el misterio también envuelve las horas previas a su fallecimiento. Ayer se abrió la investigación judicial sobre el caso, aunque ha sido aplazada hasta el 26 de octubre, y ni siquiera la autopsia, cuyos primeros resultados se comunicaron en la tarde del lunes, ha logrado esclarecer los hechos. Tanto es así que en el primer examen post morten el forense llegó a la conclusión de que no podía determinan cuál fue la causa de la muerte de Amy. Asimismo, las últimas informaciones apuntan a que Winehouse se encontraba en buen estado de salud la noche previa a su muerte. Su médico, que el viernes acudió a su domicilio en Camden para hacerle una de sus revisiones periódicas, pudo comprobar que la artista estaba bien. El doctor examinaba regularmente a Winehouse para evaluar sus condiciones físicas y ayudarla a reponerse de sus excesos con el alcohol y las drogas. Según comentó una fuente al periódico «The Sun»: «El médico estaba bastante satisfecho con el estado de salud de la cantante. Cuando se fue no tenía ninguna preocupación, pero 24 horas después, Amy fue encontrada sin vida».
Para añadir más especulaciones sobre el día de su muerte, un policía reveló a «People» que no se habían encontrado restos de drogas ni de sustancias alucinógenas en el domicilio de la cantante. Un testimonio que aviva los argumentos de quienes cuestionan la sobredosis como causa del fallecimiento de Amy, y que continuarán ganando adeptos hasta que se hagan públicos los informes de toxicología –que podrían tardar entre dos y cuatro semanas en completarse–.
Al tiempo que se multiplican las teorías en torno al motivo que causó el fallecimiento de la diva del soul, lo que sí parece claro es cómo pasó Winehouse sus últimas 24 horas. La intérprete de «Back to black» habría comunicado a su equipo de seguridad que se iba a dormir, aunque varios vecinos también coinciden al señalar que oyeron a Amy tocando la batería en su habitación. De hecho, algunos protestaron por el ruido que hacía. Con todo, minutos antes de las cuatro de la tarde, un miembro de su personal de seguridad, Andrew Morris, la encontró en la cama y llamó a la ambulancia. La cantante podría llevar muerta seis horas.

«No tenemos palabras»
El torbellino de noticias y de testimonios del que se hacen eco los medios británicos contrasta con el ambiente que se respira a las puertas del apartamento en Camden, donde Amy fue hallada muerta. Numerosos seguidores de la cantante comparten su luto y depositan sus ofrendas en el improvisado altar que crece a las puertas de su domicilio. Quizá intentando recuperar parte del esplendor de su hija a través de la gente que la admiraba, los padres de la cantante se acercaron a la zona para compartir con ellos su tristeza y agradecerles su apoyo. «Estamos desolados y no tengo palabras. No les puedo expresar lo que significa esto para nosotros. De verdad nos ha hecho todo mucho más fácil de sobrellevar» confesó Mitch Winehouse. Su ex esposa, Janis, se derrumbó al contemplar el «santuario» de su hija, convertido ya en un escaparate que recoge todas las luces y las sombras de una diva irrepetible. Sólo en alguien como Amy, las flores y las velas conviven con las botellas de vodka, vino y ron. Los padres de la cantante, visiblemente emocionados, expresaron su deseo de poder enterrar a su hija pronto, siguiendo el ritual judío, y se detuvieron a leer los dibujos y las notas que los fans habían depositado en el altar. Junto a ellos, todavía conmocionado, también caminaba Reg Traviss, el que fue la última pareja de la cantante y que había roto con ella hace unos meses debido a su incapacidad para dejar el alcohol y las drogas.
Mientras se acumulan las condolencias y los gestos de dolor por la pérdida de una de las últimas grandes damas del soul, en la industria discográfica sobrevuelan los rumores sobre la posible edición de un CD póstumo. Amy Winehouse estaba trabajando en la grabación de varios temas para lanzar su tercer álbum. «The Daily Telegraph» informa de que Amy había registrado «una gran cantidad de material» y que sus padres tendrían la última palabra sobre la puesta en venta de un nuevo álbum.

«Love is a losing game»
Amy Winehouse lo cantaba en uno de sus temas más populares, «Love is a losing game» (el amor es un juego perdido). Con melancolía y, puede que hasta con arrepentimiento, el ex marido de la cantante, Blake Fielder-Civil –que cumple una condena en la cárcel–, ha contado al diario «The Sun» que su pérdida ha sido un duro golpe. Después de haber reconocido ser la persona que introdujo a Winehouse en el mundo de las drogas, Blake no encuentra consuelo. «Jamás volveré a sentir el amor que sentía por ella. Todo el mundo que me conoce, sabe que a Amy se le notaba la profundidad de nuestro amor. No puedo creer que esté muerta».