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Mucho más que un escritor adolescente

El inglés Ben Brooks salta a la celebridad literaria con «Crezco»

Mucho más que un escritor adolescente
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BARCELONA- El nombre de Ben Brooks, un inglés tímido de a penas 20 años con un don para escribir lo primero que le pasa por la cabeza con auténtico ingenio, no ha llegado todavía a las masas, pero dentro del reducto de lectores adolescentes es una celebridad. Desde la publicación de «Crezco» (Blackie Books) se ha establecido en Barcelona y ya sea en las calles de Gràcia o Sants, sus lectores le paran y le piden fotografías. ¡Y son niñas de catorce años!

Insatisfacción crónica
Nunca pensó en ser un referente generacional, sólo sentía adoración por la literatura, pero las cosas casi nunca salen como uno espera. «La verdad es que esta notoriedad es muy extraña. Estoy en Barcelona, una ciudad en la que no entiendo nada de lo que dice la gente y estas niñas me paran por la calle y me dicen cosas realmente extrañas. Me da vergüenza, sobre todo por las cosas que escribo. Tendré que censurarme yo mismo en la próxima», señala Brooks, que en «Crezco» habla de drogas, sexo y comportamientos extraños y a los jóvenes les encanta.
Su historia es atípica. «Crezco» es su quinta novela, publicada cuando acababa de cumplir 19 años. Sus cuatro anteriores eran delirios metaliterarios y experimentales que se acercaban más a la prosa poética que a la novela. Quería que le publicasen y lo consiguió, en pequeñas editoriales estadounidenses, pero pronto vio que por ese camino no había mucho margen de mejora. Así que decidió traicionarse a sí mismo y escribir en primera persona sus experiencias cotidianas maquilladas bajo un «alter ego», exagerándolo todo un poco. El cambio a lo comercial le salió redondo y consiguió el premio gordo, los lectores fanáticos. «Yo sólo pretendo que mis libros tengan el mismo efecto devastador que mis libros favoritos tienen conmigo. Busqué reinventarme y darle al lector lo que parecía que quería, sus propias vidas magnificadas», comenta Brooks.
Cuando pubicó «Crezco» se negó a tocar una coma, a pesar de los consejos de sus editores. Ya había hecho suficientes concesiones. Ahora, sin embargo, al releerlo, piensa que quizá tenían razón. «Me puse muy cabezota. Ahora cuando lo leo, sin embargo, a veces me dan escalofríos y lo cambiaría todo. Por mí, no dejaría de reescribir jamás. Nunca estoy satisfecho. Supongo que por eso sigues escribiendo, para conseguir esa página perfecta que colme todas tus aspiraciones y vuelva al lector del revés», señala Brooks.
En Barcelona quería acabar su próxima novela, la historia de una ruptura y el impacto de internet, pero aún no ha podido, demasiadas distracciones. «Al no entender lo que dice la gente, te fijas mucho en el lenguaje corporal. Estoy disfrutando», concluye.


Estrellas antes de los 20 años
Desde Rimbaud, el mito del escritor adolescente no ha hecho más que crecer. El primer referente es Raymond Radiguet y su «El diablo en el cuerpo», publicado en 1920. En 1967, una chica de 17 años publicaba «Rebeldes» y vendía 14 millones de libros. Era S. E. Hinton y todavía hoy vende 500.000 ejemplares anuales. El último fenómeno adolescente es Christopher Paolini, que escribió «Eragon» con 18 años y vendió 9 millones de libros.


«Crezco»
Ben Brooks
blackie books /empúries
232 páginas. 21 euros