Cataluña

Turno de noche en Vall d'Hebron

La asamblea de trabajadores del hospital fue la primera en votar ir a la huelga n Un equipo de enfermeros explica cómo trabaja ante la oleada de recortes sanitarios 

Pancartas contra los recortes y el Govern llenan pasillos, escaleras, puertas y paredes de todo el Hospital de Vall d'Hebron
Pancartas contra los recortes y el Govern llenan pasillos, escaleras, puertas y paredes de todo el Hospital de Vall d'Hebronlarazon

Barcelona- La asamblea de trabajadores del Hospital de Vall d'Hebron fue la primera en votar a favor de ir a la huelga. Es su última alternativa pero también la máxima expresión de rechazo contra el tijeretazo sanitario. La batalla de las batas blancas no ha hecho más que empezar pero, de puertas a dentro, el personal sanitario se esfuerza en hacer más y mejor con menos.
«Ven conmigo. Te monto una reunión de personal ya». María recorre pasillos, sube escaleras y cruza este coloso sanitario con agilidad hasta llegar a su unidad. Tiene más de 20 años de experiencia al cuidado de pacientes como enfermera. Trabaja en el turno nocturno junto a otros cinco compañeros. Son las once y pico de la noche. «Venid a la sala de descanso –insta a María a sus colegas–. Vamos a explicarle esto de los recortes». Pero recelan, así que María abre la veda. «En octubre y noviembre me quitan 314 euros a través del complemento específico», explica sobre la última medida de ahorro que el Instituto Catalán de la Salud se ha sacado de la chistera para cuadrar presupuestos y que pasa por rebajar sueldos o despedir. Y añade, «en diciembre serán 750 euros porque también bajan la paga de Navidad como hicieron el año pasado».

Poco a poco, el resto del equipo de enfermería ha ido acomodándose en la sala. La conversación se anima. Hay muchas cosas que decir entre idas y venidas. Juan, enfermero de otra unidad, se une al grupo. «Mira, hace 25 años este hospital lo dirigían seis personas, ahora hay más de 30 direcciones y 250 mandos intermedios que no salen de sus despachos», dice. «Los recortes los pagamos los que estamos a pie de cama». Todos asienten. «Yo he estudiado y pasado unas oposiciones para estar aquí, pero muchos de los que se pasean por el hospital, no. Con cada cambio de gobierno es lo mismo», señala una joven enfermera con indignación y añade, «la salud del paciente no está en peligro porque si hace falta me desdoblaré». «Pero, claro, las posibilidades de cometer un error son mayores», apunta María. «He visto a gente acabar su turno llorando por el estrés y las condiciones de trabajo y ahora quieren recortar sueldos, vamos hombre...», se lamenta. Juan apostilla con humor «Si recortándome el sueldo arreglan este tinglado firmo ya».

«Tuvimos ingresado a un paciente extranjero cuya factura de cuidados ascendía a 10.240 euros. El día en que se le daba el alta, fue a hacer su recuperación y ya no volvió. Esos 10.240 euros los hemos pagado tu, yo, todos», explica María. El grupo se sulfura ante este caso porque no es el único. No puede ser, critican, que estas situaciones se repitan porque se pierde dinero. Aunque, también es necesario que los ciudadanos se responsabilicen de su salud y entiendan que los recursos no son ilimitados, que la sanidad no es gratis, destacan. «Uy, pero eso costará mucho», dice Juan. El reloj marca las doce. El equipo se pone de pie al unísono y sale de la sala. Es la hora de atender a los enfermos. Pero antes, María explica «a los pacientes les dábamos los medicamentos con un zumo y galletas. Ahora sólo con agua aunque los prospectos advierten de que no hay que suministrar fármacos en ayunas...».
Juan hace guardia localizable así que se queda dos horas más hablando de recortes, del hospital, de política, de sindicatos y de la situación en general. Explica y habla sin parar. Lo hace con humor, aturdido por el alcance de la crisis pero también con una resignación sorprendentemente serena. «Dicen que no recortarán servicios al ciudadano, ¡pero si la mitad están cerrados!», exclama. «No sé cómo van a lograr que la sanidad pública no sea deficitaria. El sistema catalán es muy particular, tienes centros públicos, concertados y privados». ¿Servirá de algo la huelga? Tal vez, pero esta unidad de Vall d'Hebron trabaja cada día con servicios mínimos.
 

Cinco datos
1.- Población
 El centro da cobertura a casi 405.000 personas y es referencia en muchas especialidades.
2.-Profesionales
 La plantilla el año pasado era de 7.095 trabajadores. Además se forman 500 MIR.
3.- Presupuesto
 En 2010, el centro contó con unos 642 millones de euros. Ha sufrido un recorte del 9,1%.
4.- Intervenciones
En 2010 se realizaron 44.090. Denuncian que este año se harán 5.000 menos.
5.- Urgencias
 El año pasado, el centro atendió casi 215.000 urgencias y más de 900.000 consultas.