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J M Amilibia: «Los advenedizos son más fanáticos que los monárquicos»

Acaba de publicar la novela «Érase una vez un príncipe republicano»

J M Amilibia: «Los advenedizos son más fanáticos que los monárquicos»
J M Amilibia: «Los advenedizos son más fanáticos que los monárquicos»larazon

El rey de Macón muere en un extraño accidente. Exactamente igual que ha descrito el aspirante a escritor Richard Lod en su novela, así como la posterior abdicación del príncipe heredero que, perdida su fe en la monarquía, ha abrazado su ideal republicano. Esta singular coincidencia desencadena todo tipo de consecuencias para él. El ansiado triunfo por un lado, pero también serias complicaciones provenientes de una casa real que, liderada por la reina, lo acusa de formar parte de un complot para desestabilizar la monarquía. «Érase una vez un príncipe republicano» es la nueva novela del periodista, escritor y colaborador de LA RAZÓN J. M. Amilibia, una sátira llena de ironía y humor sobre una familia real imaginaria de un país imaginario. Macón no es España, pero se le parece.

-Una trama ingeniosa y muy bien estructurada. ¿Cómo nace una idea así?
-Es una novela dentro de otra. Yo trataba de crear una fábula y creo que el libro es eso, una fábula moderna, aunque no he pretendido ninguna moraleja. Prefiero que cada lector saque la suya. Me parecía una idea imposible y a mí me gustan las cosas imposibles. Tan utópica que me fascinó: un príncipe que se hace republicano. Es interesante la idea de cambiar en un país como el nuestro tan enraizado en las suyas. No pasa nada por cambiar de opinión si descubro algo que me guste más.

-¿Es la ficción la mejor manera de contar la realidad?
-Es la mejor manera de contar la imaginación. La literatura es recordar lo que nunca pasó. Pero no hay idea que no esté pegada a la realidad –como hace Cervantes en "El Quijote"–. Por mucho que le llamemos ficción es difícil que no esté basado en la realidad. Siempre se hacen guiños a lo que estamos viviendo. Yo, al menos, no sé despegarme de realidades como la crisis, la corrupción…

-Se ha abdicado por amor, ¿pero se puede hacer por un ideal republicano?
-Eso es utópico, es muy difícil porque en sus genes están los valores y las tradiciones de la monarquía. Un príncipe ha sido educado para reinar y no hay razón para abdicar por una ideología, pero sí por amor. Si abdica en el libro no es por una sola razón o una única verdad. Cree que así ocupará un lugar de honor en la historia. Se sitúa en un plano absoluto de originalidad. Nadie lo ha hecho antes y así tendrá más gloria que siendo un rey que no pinta mucho.

-Toda la novela es puro azar. ¿También en la vida?
-Absolutamente. Se dice que cada uno se crea su suerte, pero yo creo en el azar. Estás en un lugar y en un segundo te puede cambiar la vida por cualquier circunstancia. El azar te marca. A veces en la vida –como en la novela–, éxito y desgracia van juntos y eso es por azar. Pero la gente prefiere el misterio a la sencillez, la conspiración a la casualidad.

-¿Es el humor la mejor forma para la crítica?
-No hay nada más revolucionario que el humor. La prueba está en que los políticos no lo quieren, por eso son tan solemnes. El humor los desnuda, los deja indefensos, por eso huyen de él. Ya lo hacían los bufones antiguamente en la corte. Cualquier cosa puede criticarse desde la ironía y el sarcasmo.

-Un príncipe que se hace republicano y una princesa republicana defendiendo la monarquía.
-El mundo al revés. A veces, los advenedizos son más fanáticos que los propios monárquicos. Poseen la fe de los conversos, mucho más radical. Cuando tienen algo valioso no quieren perderlo y una plebeya que accede a princesa es lógico que quiera reinar.

-¿Cree que hay un debate abierto sobre la monarquía?
-En estos momentos no, pero podría haberlo. Hay problemas como la crisis que son más urgentes. De este país se dice que puede acostarse monárquico y levantarse republicano, pero España es «juancarlista». El Rey cae bien porque es simpático, campechano… y, sobre todo, por el 23-F, que fue un espaldarazo a la democracia que consolidó la Monarquía.


Periodismo vs literatura
Amilibia no para de escribir. Acaba de publicar este libro y ya cuenta con un nuevo proyecto terminado pendiente de salir al mercado en septiembre. Una nueva novela que se titulará «Por una mala mujer». Dice que no sabría decantarse sobre la faceta de escritor o la de periodista: «Son mundos diferentes. Se dice que el periodismo es una mala escuela para la literatura. Mandan otros factores, el periodismo tiende a la síntesis y a la claridad y la literatura tiende a la retórica y a la oscuridad. Lo primero es el oficio y lo segundo una aspiración. Las dos me satisfacen».


«Érase una vez un príncipe republicano»
J. M. AMILIBIA
Principal de los libros
285 páginas. 23 euros