Reproducción asistida
OPINIÓN: La ayuda a la fertilidad
Desde hace algún tiempo, los médicos católicos organizados estamos empeñados en promover en todo el mundo una especie de «Plan Marshall o New Deal en favor de la Maternidad». En el Tercer Mundo las madres mueren o enferman sin asistencia y en el Primer mundo la fertilidad de las madres es maltratada y a menudo se aboca por el aborto ante el más mínimo problema real o supuesto. Actuamos en lo cultural y prepolítico en el Primer Mundo para defender la vida y la familia y construimos dispensarios maternales en el mundo pobre. El último, en Isiolo, Kenia. Los médicos podemos y debemos ayudar a los esposos. Disponemos de los modernos métodos de regulación de la fertilidad para aquellos que deben espaciar los nacimientos de sus hijos por motivos graves. También ayudamos a las gestantes con problemas. Cuando los hijos no vienen, debemos y podemos ayudar a los esposos. No podemos sustituirlos, pero sí ayudarlos. La Obstetricia da mucho de sí en estos casos. Por desgracia, son muchos los que caen en manos de la «reproducción artificial», con sus embriones sobrantes congelados o tirados. En la Iglesia debemos ayudar más a los esposos que ansían los hijos y no les vienen, pero siempre respetando la vida y la intimidad conyugal. Debemos construir más centros adecuados.
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