Fallece la Duquesa de Alba

La Duquesa llora la muerte de su perro por Jesús Mariñas

La Duquesa no pudo compartir la Nochebuena con Alfonso Díez
La Duquesa no pudo compartir la Nochebuena con Alfonso Díezlarazon

Inconsolable anda la Duquesa de Alba ante la súbita muerte de Flash, la perrita que era su compañía desde hace 16 años. Ha tenido suerte, pues estos días Alfonso redobló ternuras, atenciones y mimos a la más grande de España. Pero la Duquesa no levanta cabeza, aunque el pasado verano Antena 3 ya le había proporcionado un posible repuesto ofreciéndole como regalo de cumpleaños un can calcadito al que ahora provoca sus tristezas y suspiros. Flash está a punto de ser enterrado con todos los honores en un rincón de Liria.

Era la alegría de una casa donde los hijos, tan dispares, sólo se han dejado ver en la tradicional cita de Nochebuena, donde siguen vetando la presencia del funcionario de la Seguridad Social, que es desahogo a su multicolor ancianidad. De ahí que la hayan escogido como una de las más singulares –no sé si tildarla de elegante– a la hora de ataviarse. Fiel a sus ya características medias de rejilla, comprando en el rompedor Custo o en Mango, sólo recurre a Victorio&Lucchino y Tony Benítez para ocasiones de ringorrango.

El sufrido y paciente enamorado no disfrutó con ella de los turrones iniciales, otra cosa fue la Nochevieja en Dueñas. No sólo entró así en el año sino también inicia temporada sevillana que suele prolongar hasta el verano haciendo periplo por sus casas de Ibiza, Marbella, Salamanca y San Sebastián. La capital andaluza es un virreinato para ella, tan amante del sol y los jazmines. Liria es más ritual y no deja de repetir que «casi la espanta».

Estas festividades estuvo a punto de fastidiárselas su hijo Cayetano que, con sus rubios críos, amenazó con ensombrecer su idilio con Alfonso. Finalmente se instaló en «Las arroyuelas», en la alejada Carmona, aunque se le espera en la Cabalgata de Reyes donde Francisco Rivera Ordóñez repite como mago, al menos embrujador de corazones, como el de una Rebeca que sacó buen partido a sus revolcones con el torerito.

Y hablando de Fiesta Nacional, Curro Romero todavía no habla un mes después de haber sido operado de «una cosita» en la garganta. Más que preocuparle, incomoda. También se llevó un susto Lina Morgan, después del internamiento de su hermana, Julia López Segovia. Igual que la gran Amparo Rivelles, quién también tuvo un traspié de pulmón. Lo toma con la misma resignación que Cayetana lo de Flash, ya reemplazado por un bulldog que hasta ahora mantenía en su palacio madrileño.