País Vasco
Aldeanismo totalitario
La coalición aberztale Bildu, trasunto de Batasuna, ha hecho pública su lista de consejeros para el caso de que ganen las próximas elecciones autonómicas en el País Vasco. Fieles a la descripción de las sociedades totalitarias que hiciera Orwel en su impagable «1984», los viejos proetarras no ahorran eufemismos con la clara intención de disimular su verdadero objetivo, que no es otro que la creación de un Estado independiente, marxista y autogestionario. Y así, el Departamento de Interior pasaría a llamarse de «Libertades Ciudadanas», lo que mejora en mucho el «Ministerio de la Paz» orweliano que se encargaba de la guerra; el de Empleo y Asuntos Sociales se denominará «Justicia Social», y el de Agricultura tendría el nombre de «Soberanía Alimentaria», en un canto a la autarquía que no hubiera superado el mismo franquismo y que explica a las claras el concepto aldeanista de una ideología que se ha quedado fuera de su tiempo. Pero se pretende crear otro departamento mucho más inquietante: el de «Normalización Lingüística», con la misión de euskaldunizar a los vascos de lengua materna castellana, que son la mayoría. No es posible llamarse a engaño: el programa de Bildu es el mismo que ha intentado imponer ETA a base de terror y asesinatos y supondría, de tener éxito, la eliminación a la larga de cualquier disidencia en el País Vasco. Como todo movimiento mesiánico, mezcla las aspiraciones políticas con el deseo de crear un nuevo modelo de sociedad. Ambos conceptos, el separatista y el que se refiere a la ingeniería social, figuran en los documentos pre electorales firmados por los distintos grupos abertzales, que hoy da a conocer LA RAZÓN, y que reflejan lo que ya está sucediendo en algunas de las localidades donde gobiernan.
Le asiste, pues, toda la razón a Antonio Basagoiti, presidente del Partido Popular del País Vasco, cuando advierte de que las próximas elecciones regionales serán las más «trascendentales» de los últimos 30 años, porque está en juego «el triunfo de ETA o el de la democracia de los que se sienten vascos y españoles». Por supuesto, el análisis abertzale admite que las urnas no le darán la mayoría necesaria para imponer su proyecto, por lo que han diseñado una estrategia a medio plazo de desobediencia civil, presión en la calle y utilización de las instituciones en las que está presente a través de Bildu o Amaiur, con el objetivo de desplazar al PNV, al que sus documentos presentan como responsable, junto al resto de las fuerzas políticas no nacionalistas, de las dificultades económicas que atraviesa el País Vasco. Ante esta situación, toca al Gobierno de la nación y a los partidos democráticos extremar la vigilancia y actuar con firmeza allí donde se conculque la Ley o se pongan trabas al ejercicio de los derechos de los ciudadanos.
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