Chipre
Dimite el eterno aliado de Berlusconi
Un delito de financiación ilegal provoca la renuncia de Umberto Bossi
A Umberto Bossi siempre le tiró el verde. Camisas verdes, pañuelos verdes, corbatas verdes... pero lo que se le quedó verde el jueves fue la cara al saber que sus hijos, ya miembros de su partido, la Liga Norte, y su tesorero de confianza robaban fondos del partido. Veinte años después, el creador de la xenófoba y populista Liga dimitió como jefe supremo. Una carpeta con una inscripción, The Family, terminó por convencer a la Fiscalía de que la familia Bossi tenía luz verde para disponer del dinero que el Estado daba a la formación como si fueran sus ahorros. El martes, cuando salió a la luz el registro de la sede del partido por supuesta financiación ilegal, Bo-ssi negó implicación alguna. Tras una reunión con los «coroneles» de su partido, no le quedó más que dimitir. Hay indicios de que todos metían la mano en la caja, para un coche nuevo, o para hacer obras en casa, pero lo que todos se preguntan en Italia es ¿qué responsabilidad tiene Bossi en esto?. ¿Estaba al tanto de todo? Sí queda claro que el partido, que comenzó su andadura con el eslogan «Roma ladrona» y siempre hizo gala de honestidad, se ve atrapado por sus principios.
El ex tesorero Francesco Belsito, ex portero de discoteca y designado a dedo por él, fue señalado por las autoridades judiciales como la persona que desvió supuestamente fondos públicos «para sufragar los costes de la familia» de Bossi. Quien decidió gestionar los bienes de manera independiente al partido, además de tener contactos con la mafia calabresa, invertía sospechosamente con el dinero de la formación en Tanzania y Chipre. Del sumario de la investigación emerge que Renzo Bossi y su novia Silvia Baldo se llevaron de las oficinas de la Liga Norte documentos que se cree que pueden pertenecer a las obras de reforma de la casa familiar, que pudieron pagarse con dinero del partido. El dirigente fiel a Berlusconi, que creó un movimiento de la nada y que ha condicionado la política italiana de los últimos 20 años, quiso despedirse así: «Renuncio por el bien del movimiento y los activistas. La prioridad es el bien de la Liga y continuar la batalla».
Así se fue Bossi, pero ¿quién vendrá? Jamás existió fricción alguna en el seno del partido hasta que Roberto Maroni, ex ministro del Interior del Gobierno de Berlusconi e íntimo amigo del carismático Bossi, le plantó cara. El sucesor saldrá del triunvirato Roberto Maroni (renovación), Roberto Calderoli (continuismo) y Manuela dal Lago (sólo en las quinielas, para que no se quede en un duelo de dos).
El político de la camiseta de tirantes
Así era Bossi. Aparecía con camiseta de tirantes en el Parlamento y eructaba. Un tipo que hacía de sus malos modos un símbolo de autenticidad del eslogan «Yo no soy como los políticos». Carismático y populista. Para los suyos no es un líder político sino como un «dios» al norte del río Po, como el maestro Yoda. Tanto es así que, pese a sufrir un ictus y perder el habla, se recuperó y mantuvo el liderazgo del partido.
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