Estreno teatral
Eros y Thanatos
Falta Sigmund Freud para entender el zapaterismo bipolar entre el sexo y la muerte, Eros y Thanatos. Ha equiparado las uniones homosexuales con el matrimonio heterosexual en todas las confesiones, y no legaliza la poligamia porque antes lo haría con la poliandria. Se han facilitado las relaciones sexuales entre menores aumentando embarazos no deseados que desaguan en el aborto como derecho de las niñas. Han cartografiado el clítoris y no han levantado el mapa del punto G porque no lo encuentran. Ahora toca Thanatos. Tendremos que entrar al hospital con un acta notarial sobre cómo queremos administrar nuestra muerte, porque si nos quedamos inconscientes nuestros parientes pueden acelerar el tránsito y así enviudar o heredar. La muerte asistida no existe excepto en Benelux y en Oregón. No es reclamo social en ninguna parte. Sí las unidades de cuidados paliativos. Ayudamos al movimiento de lesbianas patizambas de Timor Oriental, pero no hay dinero para las salas de dolor. La muerte inducida es barata y libera camas. Una vez oí a una enfermera portando una bolsa blanquísima conteniendo el poderoso anestésico propofol: «Traigo la leche para el que va al cielo». De la despenalización del aborto, esta secta (no todos los socialistas son iguales) nos llevó al legrado como derecho de las ninfas. Si siguen ganando elecciones la muerte digna traerá la eutanasia. Lo dicho: que Freud analice a estos sexómanos y funebreros.
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