Sevilla
Las bases se rebelan contra la estrategia de colocar a Susana Díaz en Ferraz
SEVILLA-¿Crea el órgano la función o la función al órgano? Se puede disfrazar como un tema de matices, pero se trata de una cuestión de fondo. Más claro: ¿Crean las bases al aparato o éste a los militantes? ¿Quién depende de quién? Las bases –mucho más críticas que los dirigentes tras la debacle de las generales– lo tienen, desde hace tiempo, muy claro. Cristalino. Aquí surge el germen de movimientos como Socialistas de base o Bases en red con el objetivo de «reiniciar el PSOE» tras «el pantallazo azul» de las pasadas elecciones.
Estrategias como el intento de colocación de la secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, en Ferraz, de cara al previsible fracaso de las autonómicas no sólo no ayudan a apaciguar a las bases, sino que cargan de razones sus sensaciones de soledad ante la cúpula. El plan es hacerse con el aparato –la importancia de tener un cargo–, el único ente en el que hallar refugio en un mapa territorial plenamente azul. A las bases, que «nos hemos pateado puerta a puerta cada pueblo en las generales», estos movimientos personalistas lo que es gracia no les hace, aseguran fuentes del movimiento interno.
El PSOE hace tiempo que se ha convertido en un ente en el que la cabeza que ostenta el poder carece de oídos para escuchar a su corazón, que son las bases. Hasta que las redes sociales actuaron de altavoz. Es decir, ahora. La respuesta del regional ha sido, según fuentes del partido, tratar de callar voces. «No es tiempo de división. Hay que estar unidos para las autonómicas». La consigna de Griñán es «llegar en paz» al congreso federal de febrero y a las elecciones de marzo. Esta «calma chicha» dependerá del proceso de elección de los delegados al federal y de las listas autonómicas.
Acuerdo con Chacón
De cara al federal, según fuentes del partido, existía ya un pacto entre Griñán –o Susana Díaz, si se prefiere– y Carme Chacón. Si la catalana obtiene el apoyo de las dos ejecutivas regionales más grandes de España, el liderazgo es suyo. Esto enlaza con la maniobra del PSOE-A de garantizar para Díaz el voto en las diferentes agrupaciones provinciales. Según los estatutos, con la mitad más uno de las firmas, se fuerza la constitución de una gestora.
Focos de tensión en Jaén –con la dimisión de la ex alcaldesa Carmen Peñalver como secretaria en la capital jiennense y la constitución de una gestora– y Almería –con la salida forzada de la anterior directiva y la creación de una asamblea tras la dimisión de Usero–. De hecho, la ausencia de Griñán en el primer partido de la Davis –aunque oficialmente se debió a una reunión con autónomos– está motivada por una acto con el partido almeriense para «apaciguar», rechazar finalmente otra gestora por el revuelo montando y hasta tuvo tiempo de dejar una frase para la historia de la incertidumbre: «Si de una mayoría nace otra mayoría distinta, bienvenida sea». En Málaga también hay críticos con el aparato, empezando por el secretario provincial, Miguel Ángel Heredia. En Cádiz habita el núcleo duro de Chaves y Pizarro a la espera. En Sevilla, se forzó la gestora en Juventudes. Igual pasó en Huelva.
Susana Díaz –que defiende el discurso del cambio pero no la ruptura– aseguró ayer que la situación interna se irá normalizando y restó importancia a los episodios regionales, apelando a los estatutos. Las bases abogan, precisamente, por cambiar estas normas y que cada militante cuente como un voto. «Díaz no puede ser el futuro por su sordera crónica y su miopía política», defienden los críticos. Primarias. El fin de los delfines del aparato, donde también hay voces que defienden los principios de las bases. Un sistema que alejaría a Susana Díaz del codiciado –en tiempos de rodillo del PP, cualquier puesto orgánico es trinchera– sillón de la calle Ferraz.
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