Francisco Jódar: «El decreto de Zapatero fue una trampa»

Lorca- Se ha visto en la tesitura de tener que gestionar una crisis para la que no existe formación posible más allá del instinto y la conciencia. Hoy se cumple un año desde que los terremotos le pusieran en zozobra su ciudad y se muestra convencido de que queda mucho trabajo por hacer, pero la senda de la recuperación ya se ha iniciado con fuerza y tesón.

-¿Cuál es el principal impedimento al que ha tenido que hacer frente durante este tiempo y que no se esperaba que se iba a producir?
-Dije desde el primer momento que había que atender con carácter inmediato todas las peticiones de ayudas y luego pedir papeles, pero llevamos un año perdido exigiendo requisitos a los peticionarios, lo que me ha demostrado que la legislación española a nivel de urbanismo, reacción ante emergencias e indemnizaciones sirve para situaciones de normalidad, no de excepcionalidad.

-¿Qué beneficios introduce el Real Decreto de ayudas aprobado por el actual Gobierno en comparación con los dos que se aprobaron durante la etapa de mandato de Rodríguez Zapatero?
-Lo cierto es que resuelve las dificultades económicas encontradas hasta ahora y atribuye nuevas competencias a organismos públicos, como el Sepes, para facilitar la reconstrucción de la ciudad. No obstante, se debe incluir en el grupo de beneficiarios a los usufructuarios de una vivienda que no tienen escritura de usufructo o no está inscrita en el registro, o a los arrendatarios sin contrato de alquiler de prórroga forzosa. Esos damnificados, quedan fuera del sistema de ayudas y deben estar dentro.

-¿Qué balance realiza de este primer año desde que se produjeron los terremotos?
-Estos doce meses han sido dificilísimos, aunque también han servido para poner de relieve la fuerza y entereza que han demostrado todos los lorquinos que han estado reparando viviendas, locales, apuntalando edificios, desescombrando e intentando salir adelante.

-¿Cuál es el sentir generalizado que existe dentro de los ciudadanos? Algunos de ellos, muestran su pesar de forma pública por la lentitud en los avances y la llegada de ayudas, especialmente en el barrio de La Viña ¿entiende esta postura?
-Lo cierto es que hay cierta desesperación por la falta de ayudas y los efectos de la crisis económica. En cuanto a las quejas que existen en La Viña, claro que los entiendo a los vecinos. Entiendo la desesperación, la rabia, lo entiendo todo, pero no la mentira, la descalificación y el insulto, y tampoco los intentos de manipulación de algunos, que no se justifican ante una desgracia como ésta.

-¿Dónde reside la mayor y principal necesidad que presenta la ciudad en la actualidad?
-Estoy muy preocupado por la actividad económica porque está terriblemente dañada. Es por esto, que considero crucial la aprobación definitiva y puesta en marcha del Plan Lorca que están elaborando entre las tres administraciones y servirá para colocar a la ciudad donde estaría al final de su ejecución si no se hubiera producido la tragedia, porque este plan movilizará un presupuesto en tres o cuatro años de 1.650 millones.

-¿Teme que la Comunidad Autónoma tenga problemas para devolver el préstamo del ICO de 115 millones para reconstruir la ciudad?
-Soy consciente de que preocupan al Gobierno murciano las condiciones de devolución de ese crédito dadas las dificultades financieras del Ejecutivo autonómico. Si el Gobierno tiene o no capacidad para devolver el préstamo no me corresponde a mí analizarlo, pero también digo que el equipo de Ramón Luis Valcárcel fue víctima de una trampa saducea del anterior Gobierno central porque se firmaron los primeros decretos de ayudas a pocos días de unas elecciones y no hubo ningún tipo de consenso en la negociación de las ayudas. Lo de Zapatero fueron lentejas, que las quieres o las dejas.

-¿Cómo va a celebrar el primer aniversario de los terremotos?
-Lo primero que quiero celebrar es la entereza, coraje y fuerza de los lorquinos al afrontar la tragedia, que nos ha unido y nos ha hecho más fuertes y solidarios, y por supuesto agradecer el apoyo recibido en los momentos de la crisis y durante todo el año. La muerte de las nueve personas por el alcance de los cascotes es algo que todavía nos llena de emoción.

-¿Qué medidas se deben adoptar para minimizar el impacto de una hipotética nueva catástrofe?
-En Lorca murieron nueve personas, no por hundirse edificios, sino porque salieron despavoridos a la calle y les cayeron petos de terrazas y placas decorativas. Por esto, estamos trabajando en mejorar la seguridad de los elementos decorativos de las fachadas mediante variaciones en la normativa urbanística de la ciudad para que no vuelva a suceder lo que aconteció hace un año y que deseamos que no vuelva a ocurrir bajo ningún concepto.

De puertas para dentro
Francisco Jódar se muestra una persona trabajadora hasta la extenuación, como lo demuestra la gestión que está llevando a cabo de los terremotos. En su círculo íntimo se caracteriza por el aprecio a su equipo y el afán por tener todo bajo control para evitar que cualquier situación pueda derivar en una problemática. Dialogante y buen negociador asegura que volvería a viajar de forma semanal de Lorca a Madrid si con ello mejorara las ayudas que logró para la ciudad, las cuales, considera beneficiosas, pero todavía escasas para completar las tareas de recuperación.