Nueva York
Capa y Centelles: fotógrafo rico fotógrafo pobre
Las fotografías inéditas de Agustí Centelles en las que captó la imagen del célebre fotoperiodista Robert Capa en 1938 mientras ambos cubrían la salida de las Brigadas Internacionales de Barcelona lleva también la mirada a la divergente historia vital de los dos principales fotógrafos de la Guerra Civil.
Robert Capa era ya entonces un célebre y cotizado fotógrafo internacional, que publicaba con su firma en las más importantes publicaciones del mundo, como la revista Life, mientras Centelles trabajaba como "free lance", sin que figurara su nombre en sus obras fuera de España, y sin el reconocimiento de su colega húngaro.
Y ello pese a que su instantánea de 1936 de tres guardias de asalto disparando detrás de unos caballos muertos en Barcelona fue portada de News-Week y de Paris-Soir, y se ha convertido con el tiempo en una de las imágenes icónicas de la contienda, junto a la del miliciano caído en Cerro Muriano de Capa, cuya autenticidad ha sido puesta en duda.
El fotoeditor Joaquín D.Gasca, comisario de la exposición "Centelles in-edit-oh!"que se exhibió el pasado año en Nueva York, comenta a Efe que son las historias de "un triunfador y un perdedor", la de un "fotógrafo rico"que disfrutaba del mejor material y de disponibilidad para viajar por todo el mundo, y de un "fotógrafo pobre"que tuvo que comprar su cámara Leica a plazos.
"Ahora descubrimos -resalta Gasca- que el fotógrafo anónimo hacía unas fotografías con tanta fuerza como el conocido, que es un icono de la fotografía mundial", y que la obra de Centelles llegó a través de las agencias a decenas de publicaciones internacionales.
Con su encuentro en Barcelona, está documentada la coincidencia de Capa y Centelles en tres escenarios distintos de la Guerra Civil española, y sus caminos volverían a confluir aún en marzo de 1939 en el campo de concentración francés de Bram, donde Centelles estaba recluido y al que Capa acudió para hacer un reportaje.
Allí, ambos fotografiarían el cementerio del campo, Capa mostrando una hilera de cruces en presencia de un gendarme, mientras Centelles lleva a sus compañeros para que rindan homenaje a los fallecidos.
La diferencia entre ambos fotoperiodistas a la hora de enfocar su objetivo, opina Gasca, es que "Centelles está fotografiando 'su' guerra"y en este sentido "es muy próximo a los personajes que muestra y es 'cómplice' de las imágenes", con las que sabe captar "el sentimiento y el dramatismo"que envuelve la guerra.
En cambio, considera que Capa "es muy frío o muy cínico", y consigue la fuerza en sus imágenes gracias a su dominio de la técnica y la plástica.
La derrota del bando republicano ahonda aún mas en la distinta trayectoria de Capa y Centelles, que prácticamente pone fin a su etapa como fotoperiodista y que, para sobrevivir en la posguerra, se verá obligado a aceptar trabajos como empleado en tiendas o ayudante de otros fotógrafos, para después instalar un pequeño estudio en Barcelona dedicado a la fotografía publicitaria.
Por si fuera poco, en 1950 fue juzgado por su pasado republicano por un tribunal franquista que le condenó a 12 años de prisión, aunque se le conmutó por una pena de prisión atenuada en su domicilio hasta 1956.
Robert Capa siguió su senda estelar, cubrió los principales escenarios bélicos de la II Guerra Mundial, fundó junto a otros fotógrafos consagrados la agencia Magnum en 1947 y tuvo entre sus amistades a Pablo Picasso, Ernest Hemingway y John Steinbeck, hasta su fallecimiento en 1954 al pisar una mina en Indochina.
Agustí Centelles, que había guardado la mayor parte de su archivo de la guerra en una maleta que llevó a Francia y que entregó en 1944 a una familia de Carcasona para que la custodiara, volvió en 1976 a recuperarla, tras permanecer más de 30 años en un desván.
Fue en los últimos años de su vida cuando Centelles obtuvo un cierto reconocimiento, con la edición de libros y organización de exposiciones con su obra, hasta que en 1984, un año antes de su muerte, recibió el Premio Nacional de las Artes Plásticas.
En el legado de Centelles, que sus hijos cedieron al Centro Documental de la Memoria Histórica, "hay todavía muchas historias que encontrar", subraya Joaquín Gasca, por lo que se están revisando exhaustivamente todas sus fotografías, que aún revelan momentos únicos de la historia, como la "captura"aparentemente casual de Robert Capa por el que ha sido denominado "el Capa español".
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