París

He encogido a los niños

La Razón
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Érase una vez una nación donde las familias amaban a sus hijos, los cuidaban, los educaban, les inculcaban valores, los animaban a desplegar su singularidad y jugaban con sus ellos. El Estado no les decía cómo debían educarlos. En las escuelas se enseñaba a pensar, además de dónde estaba el lago Titicaca. ¡Eran tiempos humanos!
Actualmente, en esta era humanoide, a los niños les encogen el cerebro, atontan sus neuronas y les recortan las alas. Muchos padres, ocupados en ajustar sus vidas al guión del CdR, no se han apercibido de cómo este desgobierno ZP ha llenado las alforjas emocionales e intelectuales de la ciudadanía con desvalores y códigos progres fomentando la estupidización, el redilismo y la belenización.
ZP&cía quieren encogernos el alma, hacernos renegar de nuestros principios, convertirnos en zombis sociales. Menos redilismo y más pensar. Debemos rebelarnos contra la idiotez y el modelo de ciudadanía humanoide que nos inoculan programa a programa. Suspender es progre. Ser un inculto está de moda. Ojalá los niños viniesen de París, al menos vendrían con idiomas y no necesitarían pinganillo. A algunos padres deberían examinarlos de sentido común y madurez psicológica, y mandarles a la escuela en caso de que suspendan.
Esos padres-ranas cocidas que querrían hijos «on/off» a los que conectar o darle al contestador automático según conveniencia, han ayudado a ZP&cía a lograr su plan «1984» (Orwell) sin ser conscientes de su contribución. Por facilitarles que te hayan encogido a los niños acabarás como una ídem del Titicaca. Yo, de mayor, no quiero ser un borrico como tú, ¡tururú!