Manifestaciones violentas

Lavapiés «pirata»

Tirso de Molina es el punto neurálgico de los centros de grabación de CD y DVD ilegales. Muchos pisos se han convertido en el «mercamadrid» de los vendedores del «top manta»

La mayoría de las operaciones policiales contra la piratería han dado con «pisos franco» en la zona de Tirso de Molina
La mayoría de las operaciones policiales contra la piratería han dado con «pisos franco» en la zona de Tirso de Molinalarazon

MADRID- Ousmane dice su nombre rápido, por si acaso te quedas con él. Es senegalés, tiene 21 años y parece acostumbrado a vivir en permanente estado de alerta. No hace ni un par de meses que cruzó el Estrecho y sobrevive de la venta de CD y DVD piratas en diferentes bocas de metro. El mes pasado también vendía «merchandising» del Mundial pero su producto estrella es el disco pirateado. Sabe que no es prudente frecuentar una misma zona más de dos días seguidos, como tampoco lo es contestar a más preguntas a una desconocida. Ousmane no baja la guardia un segundo, no deja de otear a su alrededor ni para buscar el CD que le piden entre los cientos que guarda en una gran bolsa de viaje. Sabe que si ahora mismo llega la Policía, su principal problema no sonaría tan elegante como un «incurrir en un delito contra la propiedad intelectual».


Como él, la mayoría de estos vendedores ambulantes son de origen subsahariano y se encuentran en situación irregular en nuestro país. El «mercamadrid» de Ousmane está en Lavapiés. Concretamente en Tirso de Molina, donde la economía sumergida que mueve este negocio ha echado raíces. El barrio, zona por excelencia de establecimientos dedicados a la venta al por mayor, regentados por ciudadanos de origen asiático, también es la «zona cero» de la piratería. Eso sí, mientras los locales de ropa y abalorios al por mayor están a la vista de todos, más arriba, en las plantas superiores de los mismos edificios, se encuentran las fábricas que muchos temen, acabarán con la industria de la música, el cine y los videojuegos. Allí, las torres grabadoras (o «tostadoras») funcionan día y noche. No es fácil dar con ellos ya que, tras varios golpes policiales, han aprendido a separar su infraestructura. Los «capos» de esta mafia han dividido su cadena de producción en tres espacios distintos. En unos apartamentos se copia el material, otra nave (de cualquier polígono industrial de la periferia) se dedica a la reprografía y otros pisos hacen las veces de «punto de venta» a minoristas. En éstos, el trasiego de «manteros» como Ousmane los convierten en el eslabón más vulnerable ante vecinos y Policía.


La última gran operación contra la piratería, que concluyó el pasado 31 de julio, llevó a los agentes de la Policía Nacional, de nuevo, hasta este barrio. Se incautaron de cinco «tostadoras» con 52 bocas cada una y más de 30.000 CD y DVD.