El locutorio más maravilloso de Chile

Ayer se cumplió un mes del accidente que dejó atrapados a los 33 mineros en las profundidades de la mina de San José y los familiares vivieron uno de los momentos más emotivos desde la tragedia, cuando, por medio de una fibra óptica, pudieron acceder a una videoconferencia que les permitió conversar en tiempo real con sus allegados.

«Vi muy bien a mi hijos. Le dije: Pedro, ¡fuerza nomás!» contaba Doris Contrera, madre de Pedro, de 25 años. «Te ves lindo, te ves guapísimo», le había piropeado a través del micrófono, mientras éste sonreía y asentía con la cabeza.

«Entrábamos de a tres en una cabina telefónica y los veíamos igual que en un televisor, en blanco y negro, con muy buena imagen y sonido», explicaba Doris

Otro de los familiares afortunados, Pablo Labarca, pudo hablar con uno de sus primos, a quien encontró «de buen ánimo» y a quien le deseó «toda la fuerza y energía para aguantar lo que falta para el rescate». Otro, Raúl Peña habló con su hermano Edison: «Lo noté supercontento y con el ánimo arriba».

Todos los testigos coinciden en describir a los atrapados como «más repuestos físicamente y de ánimo alegre», aunque las mujeres pidieron a algunos de los hombres a que «se afeitaran la barba» que se están dejando crecer. «Fue un minuto. Para uno siempre va a ser poco, pero fue emocionante», reconocían los familiares.

Las noticias sobre el estado de ánimos son muy esperanzadoras, ya que tanto las condiciones físicas como las anímicas de los mineros son clave para superar a su peor enemigo en estos momentos: el tiempo.

Por ello, los servicios de rescate comenzaron lo que el equipo de la NASA definió como la «Fase 5» del rescate: el entrenamiento físico y psicológico para preparar a los mineros de cara a su futuro contacto con la superficie.

Ésta consistirá en adaptar a los mineros ante el cambio de luz que experimentarán, después de que el grupo sea trasladado al Hospital de Copiapó. El Gobierno habilitará un lugar especialmente acondicionado que permita generar tres etapas: una con luz natural, otra con iluminación intermedia y otra de oscuridad. Esto, con el fin de que se acostumbren a los cambios propios del día.

Pero, antes, los mineros tendrán que empezar una terapia de grupo en la que, tras su liberación, inclirán a las familias y, posteriormente, a su entorno. La idea es que se puedan preparar para afrontar las secuelas del encierro. Otro de los puntos clave es el ejercicio físico. Así, se les ha preparado un programa de ejercicios para evitar la atrofia muscular.

Aunque, a lo mejor, todo se acelerará: ayer comenzó a trabajar la máquina «T-130», dentro del denominado «Plan B». Esta perforadora ensanchará el lugar de una sonda ya instalada y, su alta tecnología debería permitir que el rescate se realice en la mitad del tiempo proyectado inicialmente, es decir en dos meses.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, confirmó que está en estudio un tercer plan de rescate que consiste en perforar un nuevo pozo en la mina siniestrada: «Es el «plan C», a cargo de una máquina petrolera, cuya instalación requiere una plataforma del tamaño de una cancha de fútbol. Comenzará el 18 de septiembre».


Ni vino ni empanadas
El doctor Alberto Iturra, responsable del equipo de apoyo psicológico a los 33 mineros, se niega a que se les envíen las tradicionales empanadas y el vino con que se celebran las fiestas patrias del próximo 18 de septiembre. La posibilidad fue planteada por el propio ministro de Salud, Jaime Mañalich, pero el psicólogo lo considera inconveniente.
 «No podemos arriesgarnos a una indigestión abajo, porque perderían peso y se deshidratarían».