Génova
La dirección del PP dividida sobre si Rajoy debe someterse a otro congreso
La decisión la tomará Mariano Rajoy después de las elecciones autonómicas y municipales, como casi siempre después de haber escuchado pareceres, pero reservándose la última palabra y el control de los tiempos.
La posibilidad de que el líder del PP se someta a un congreso nacional antes de las elecciones generales, como por calendario establecen los estatutos, divide a la dirección del partido. Hay un sector, con el que parece que coquetea más la secretaria general, menos entusiasta con esa idea; y otro, en el que están algunos de los insignes representantes de los «pata negra» del partido, más partidario de cumplir estrictamente con los plazos y convocarlo cuando corresponde.
Un adelanto de las elecciones generales acabaría de raíz con el debate obligando a posponer el cónclave hasta después de la cita con las urnas. Pero si no es así, será Rajoy quien tenga que inclinar la balanza. Hasta ahora, oficiosamente siempre ha dado a entender que su intención era someterse a esa reválida antes de disputar al PSOE La Moncloa por tercera vez.
De imponerse esa opción, el cónclave se celebrará en otoño. Aunque tocaría en junio, el proceso de constitución de gobiernos municipales y autonómicos que se abrirá después de las elecciones de mayo no deja a Génova ni el tiempo ni las energías necesarias para organizar un acto de tanta entidad antes del verano.
Pero en contra de esta teoría están quienes consideran que no tiene sentido convocar un congreso antes de saber si se han ganado o no las elecciones generales. En un caso y en el otro hacen falta modelos de partido totalmente distintos. No es lo mismo un equipo para llevar la oposición que pensar en una dirección de comparsa y complemento del Gobierno. Y lo lógico es que uno u otro salgan de un congreso. Rajoy ya ha dicho que si María Dolores de Cospedal es elegida presidenta de Castilla-La Mancha no la obligará a dejar la secretaría general , por lo que ni siquiera en esa hipótesis habría que esperar cambios en la dirección antes de las generales.
En cualquier caso, salvo un «golpe» en las autonómicas y municipales, que nadie en el PP baraja, este debate es puramente estratégico ya que el viento a favor por el que se están dejando llevar los populares ha silenciado las diferencias internas que se han oído en el pasado.
Cierre de filas
El convulso Congreso de Valencia despejó el camino para que en la selección de candidatos entren en juego una especie de seudoprimarias, que Rajoy terminó autorizando «in extremis» para aliviar la presión que se había levantado en su contra desde la derrota en las elecciones de 2008. Hoy por hoy, nadie dentro del PP pide primarias ni cree necesario que su líder someta el liderazgo a un congreso nacional: si en el pasado hubo amagos de alternativas, hoy nadie daría ni medio paso al frente contra Rajoy, ni oficial ni oficiosamente.
Por tanto, si finalmente decide someterse a un congreso, como ha anunciado que está dispuesto a hacer, será porque lo considera un peldaño más en su ascenso en La Moncloa. Será un congreso programático, no de equipos, y en él todo estará al servicio de su candidatura.
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