Barcelona
Messi de tres en tres hasta los 202
El aseado partido contra el Viktoria Plzen sirvió para que el Barcelona selle su pase a octavos de la Liga de Campeones, aunque debe certificar la primera posición en Milán, y para que Leo Messi siga corriendo a toda velocidad.
Ayer alcanzó los 200. Los 200 goles con la camiseta azulgrana y, no conforme con ello, los superó con el tanto 201 y el 202. Es su décimo tercer «triplete». Sigue dando pasos de gigante para alcanzar a César (234 dianas) y convertirse en el barcelonista más anotador de la historia. ¿Alguien duda de que lo conseguirá?
Al ritmo que lleva y con la voracidad que muestra en cada partido el argentino, el récord puede caer esta temporada, como cayó ayer otro registro: el de minutos imbatido de Víctor Valdés. Dejó atrás la marca de otro mítico, Miguel Reina, padre de Pepe Reina, que estuvo 824 minutos sin encajar un gol en el ya lejano curso 72-73. Víctor suma 877 y la cuenta seguirá creciendo. Si el portero del Barça ha llegado a ese registro se lo debe en parte a sus compañeros, pero tampoco hay que quitarle los méritos propios. Tiene poco trabajo, pero lo resuelve bien, como el mano a mano de ayer ante Petrzela a los 17 minutos que solventó con una sangre fría envidiable. El Plzen fue más valiente que en el duelo del Camp Nou y salió a buscar más arriba al Barcelona. Recuperó más pelotas e incluso en los primeros minutos amagó con ser el dueño de la posesión. Un espejismo que duró hasta que el Barça empezó a carburar. El equipo español se tomó el partido tan en serio como requería. Guardiola dio descanso a Villa, Iniesta y Xavi, pero recuperó la defensa de lujo tras mucho tiempo: Alves, Puyol, Piqué y Abidal. La alineación volvió a ser una fiesta de la cantera, con hasta ocho jugadores salidos de La Masia, entre ellos Isaac Cuenca, que sigue acumulando minutos y demostrando que ofrece alternativas como el desborde por banda. De sus botas salió el centro del 0-3, que Fàbregas sólo tuvo que cabecear a placer. También de banda y regateador es Alexis Sánchez, que ayer reapareció tras casi dos meses parado. Poco a poco, Guardiola va recuperando efectivos.
El Barça no se durmió, fue generoso en la presión y compitió concentrado. En líneas generales fue un partido normal del Barcelona, lo que traducido al resto de equipos sería bueno. Ése es el nivel de exigencia que tiene el grupo de Guardiola. Pero en el diccionario de Messi la palabra relajación no existe. Honra a los rivales actuando igual contra el Plzen o contra el Madrid. La portería contraria es una obsesión que a veces le lleva a ser un poco individualista. Se lo puede permitir, pero con amigos es más fácil, como en su segundo gol, en el que hizo una pared con Adriano; o en el tercero, con pase espectacular de tacón de Piqué. El tanto 200 llegó en un penalti que le hicieron a él y que supuso la expulsión de Cisovsky.
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