Moscú
Miribilla engulle al Madrid
El calendario de la sección de baloncesto del Real Madrid retrocedió de golpe once meses. Al 4 de marzo de 2011, cuando, después de una derrota humillante frente al Siena, Ettore Messina dimitía de forma irrevocable. Aquel naufragio acabó con el proyecto del italiano y el de ayer deja muy tocado el de Pablo Laso. El Gescrap Bilbao fulminó a los blancos de principio a fin, convirtiendo un partido decisivo en una fiesta local y en el enésimo día de la infamia para los visitantes. La situación en la que quedan los madridistas en la Euroliga, que no dependen de sí mismos para estar en cuartos, y de hacerlo les espera el «coco» del torneo (CSKA de Moscú), no es tan mala como la imagen y la sensación que dejaron en Bilbao.
Sin Tomic, pero con un últimamente entonado Begic, era un día para ponerse las pinturas de guerra, darlo todo y utilizar el infernal ambiente en contra para firmar una victoria grande, esas que son muescas en la culata de un club que quiere ser importante. Se trataba de dar lo mejor en el momento adecuado, pero el que brilló fue el Gescrap.
El parcial de 10-0 en los primeros dos minutos y medio adelantó la catástrofe que estaba a punto desatarse. Los blancos entraron sin pulso al partido, mientras que los «hombres de negro» parecían haber tomado varios litros de la bebida que da alas. Para los de Katsikaris era tan fácil anotar desde el triple como bajo el aro, porque la intensidad defensiva del rival era parecida a la de un conjunto alevín. Dos tiros libres de Mirotic (14-8, min 5) hicieron pensar que podía ser sólo una pequeña pájara. Nada de eso, la diferencia llegó a los 31 puntos y los 24 finales reflejan la diferencia entre un equipo magnífico y un grupo de hombres sin alma.
El puñetazo al proyecto de Laso es brutal a una semana de la Copa del Rey. La ilusión del comienzo, con Ibaka y Rudy en el equipo, ha dejado paso a las dudas.
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