Fernando Alonso asume el riesgo

La primera de las siete finales por el título no empezó bien para Fernando Alonso. Las condiciones cambiantes que reinaron en el circuito de Spa-Francorchamps durante la clasificación complicaron mucho las cosas al asturiano que hoy arrancará desde la décima posición, un lugar nada favorable para sus intereses. Al menos a priori. La sesión fue un caos de principio a fin. La amenaza de lluvia fue constante y por eso los pilotos salieron en estampida cada vez que el semáforo abría cada una de las tres tandas eliminatorias. Había que aprovechar los escasos momentos que la pista estaba seca para marcar un buen tiempo antes de que la lluvia apareciese. Esto le que le ocurrió a varios pilotos, que en algunas zonas de la pista se encontraron bajo un tremendo chaparrón y pocos metros más tarde el asfalto estaba completamente seco.

Los problemas de Alonso empezaron momentos antes de arrancar la última tanda. Su equipo de ingenieros y él mismo decidieron configurar el coche para correr sobre lluvia pensando en la carrera de hoy, para la que probabilidad de precipitación es bastante alta. Esta decisión se toma así porque el reglamento prohibe cualquier modificación en el coche una vez terminada la clasificación. Es una apuesta que hay que realizar en este escenario si quieres ganar la carrera y por eso, el F10 fue más preparado para la probable lluvia de hoy que para seco. Webber fue el más rápido por delante de Hamilton, un sorprendente Kubica, Vettel y Button. Las diferencias de configuración fueron realmente grandes y eso puede medirse en la velocidad punta marcada por cada piloto: Massa, que acabó por delante de su compañero gracias a una puesta a punto de seco, marcó 312 km/h frente a los 303 del asturiano. Si Alonso ha fallado o no lo sabremos hoy. Si llueve, será un paseo militar para él siempre y cuando salve la compleja situación que significa salir desde la décima plaza; si la lluvia no aparece, lograr unos pocos puntos será el único objetivo.