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Luz sobre la escena de Portugal

El Teatro Nacional São João de Oporto, uno de los centros estatales emblemáticos del país vecino, nos visita a golpe de Brecht y Pessoa 

Una escena de «Turismo infinito», un texto que recorre la mente del poeta portugués por excelencia y sus heterónimos
Una escena de «Turismo infinito», un texto que recorre la mente del poeta portugués por excelencia y sus heterónimoslarazon

Si se habla despacio, el «portuñol» es infalible. Y Nuno Carinhas es un hombre tranquilo que charla con sosiego. El director del Teatro Nacional São João de Oporto recibió a LA RAZÓN en una entrevista en la que «portoluñeamos» sobre Bertolt Brecht y Fernando Pessoa. O sea, sobre el doble programa con el que el teatro estatal portugués visita Madrid por segunda vez desde su creación (estuvo en La Abadía en 2006 con «Woyzeck» y «Cabelo branco é saudade»). El centro de la Praça da Batalha de Oporto, que entra en su mayoría de edad este año, es uno de los dos teatros públicos nacionales lusos (el otro está en Lisboa). Creado en 1992, fue desarrollado en su filosofía actual y proyección internacional por Ricardo Pais. Carinhas asumió en 2009 el relevo de éste en la dirección artística. Cuenta Carinhas sobre la selección de títulos de esta visita que «son dos obras que muestran bien el espectro de lo que hacemos a lo largo de la temporada y en otros años». Él dirige «Tambores na noite» y Pais firma la puesta en escena de «Turismo infinito». «No quiere decir que haya un antes y un después. Éste no es el teatro de Ricardo Pais y el de Nuno Carinhas, sino el del Teatro São João», deja claro sobre la línea de continuidad el director, quien, antes de llegar al cargo, dirigía desde hace ya quince años dirigiendo montajes para el centro.

El regreso de la guerra«Tenemos un clásico contemporáneo, un Brecht anarquista, poeta, camino de ser un dramaturgo, aunque no lo es aún completamente», profundiza Carinhas, para quien «Baal» «y «Tambores...» son «piezas muy interesantes porque son obras de juventud ambientadas en el centro de Europa en un momento de gran desgarro histórico. Es un Brecht ya político». «Tambores en la noche» es un texto que el propio dramaturgo alemán repudió más tarde. «En el contexto formal, se trata de una pieza mal construida, poco económica, pero es muy interesante para mí por las posibilidades que ofrece de cambiar de la tragedia a la comedia y de la comedia al drama», explica el director. La obra aborda el regreso al hogar del soldado Klugger, que no será como él soñaba: «Es una reflexión sobre la familia y los que vuelven de la guerra, sobre un hombre que llega media hora tarde... cuatro años después». Frente a la tentación de contextualizar de forma obvia el montaje –las guerras de Irak o Afganistán–, Carinhas opta por la discreción de la metáfora. «Además, les he dicho a mis actores que hay que tener en cuenta que venimos a España. Portugal ha pasado por la contienda africana, pero no por una guerra civil. Sabemos que venimos a actuar a un país que tiene heridas muy grandes».

Después llegará «Turismo infinito», «un objeto escénico en perspectiva, en el que se encuentran múltiples voces y cuerpos de un mismo Fernando Pessoa». El texto recorre los «heterónimos», esos seres apócrifos tras los que se escondían las variadas personalidades literarias ficticias de Pessoa (1888-1935), desde Álvaro de Campos a Alberto Caeiro. El turismo del título es interior, un paseo construido con poesías y cartas por la mente oscura, triste y divagante del gran poeta de Lisboa. «Es una extraordinaria adaptación de Antonio M. Feijoo que capta el universo de Pessoa», resume Carinhas.

Éxito en BrasilSi escuchar «Hamlet» en boca de la Royal Shakespeare Company o del Barbican es una experiencia recomendable, no menos lo es oír a Pessoa con acento portugués, asegura Carinhas dejando escapar una risa moderada: «Es un placer, una experiencia muy bonita. En Brasil tuvimos la misma impresión: los brasileños no entienden el portugués. Hay pequeñas diferencias en la música de las palabras. En São Paulo fue un gran éxito». Aunque países vecinos, España y Portugal no se conocen lo suficiente bien en lo teatral. Al menos, no en uno de los sentidos del vector ibérico. «Nosotros tenemos un festival internacional en Oporto que va por su 33 edición en el que exhibimos muchas producciones españolas», cuenta Carinhas. José Luis Ferreira, responsable de relaciones internacionales del TNSJ, conoce bien este terreno y cuenta que desde 1997 hasta 2004 desarrollaron otro certamen además de éste. «Hay un contacto regular del público de Oporto con el teatro español y en español. El conocimiento del teatro portugués en España creo que no es tan regular». El TNSJ mantiene lazos de trabajo con La Abadía y el Lliure, además de con la escena gallega.