Novela

«Unos comen turrón y otro roban bombas»

Hace 18 años que asesinaron a su padre. Las fechas navideñas agrandan el dolor de su familia porque les hace revivir cada 30 de noviembre de 1992, el día en el que García Corporales dinamitó sus vidas, al explosionar un coche bomba al paso de su padre

Antonio Miranda recuerda que su padre trabajaba en Navidad para que la gente se divirtiera
Antonio Miranda recuerda que su padre trabajaba en Navidad para que la gente se divirtieralarazon

Miguel Miranda. Subteniente de la guardia civil, jubilado y músico «trabajaba siempre en noche buena y noche vieja, en el teatro de la Zarzuela, recuerda su hijo Antonio Miranda. «Era músico, trabajaba para que los demás se divirtieran. Le gustaba pasar la Navidad en familia. Tenía la cara de padre, llena de paz. Ahora tendría seis nietos». Nunca sintió miedo. «El día que le pusieron la bomba le confundieron con otro señor, porque él ese día venía antes de lo normal a casa». No se cree las treguas de ETA, y dice que nadie le ha pedido perdón. «Es muy fácil arrepentirse a toro pasado. A mí nadie me ha pedido perdón. Se arrepienten y siguen comiendo el turrón en su casa, mientras otros roban explosivos y material para falsificar documentación».

La familia de Miranda tampoco cree en los arrepentidos de ETA. «Es como cuando le cortas la cola a una lagartija. Vendrán otros, que serán acólitos. No sabe si la izquierda abertzale se colará en las elecciones municipales lo que tiene claro es que «ninguno condena la violencia ni dejan las armas».
«Todo es fruto de una laxitud del Gobierno» respecto a los etarras. Por ello, reitera que el saber «que el asesino de mi padre tiene permiso por Navidad te pone un cuerpo malísimo. Creo que se están riendo de todas las víctimas».